contacto
                  con e-mail     Página
                  principal     atrás
atrásanterior     próximopróximo capítulo

Cabrera: Mensaje de las piedras

7. Implantación del conocimiento

7.1. IMPLANTACIÓN DE CÓDIGOS COGNOSCITIVOS - 7.2. [EXPERIMENTOS CON ÁCIDOS Y GUSANOS] - 7.3. MODIFICACIÓN GENÉTICA EN UN MANTO DE PARACAS

Fig. 85B: Implantación de códigos
                02
Fig. 85B: Implantación de códigos 02

Compartir:

Facebook







Presentación de Michael Palomino (2012)


de: Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991; avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel. 231933 / 234363;


7. IMPLANTACIÓN DEL CONOCIMIENTO

Para alcanzar la finalidad de su existencia - desarrollar la capacidad reflexiva para incrementar y conservar el conocimiento -, la Humanidad Gliptolítica recurrió también a la implantación del conocimiento mismo, insertando en la corteza cerebral conjuntos moleculares de ácidos nucleicos y proteínas, que constituirían la base física del conocimiento, y recurrió, asimismo, a la modificación de la estructura orgánica mediante la alteración del sistema embriogenético responsable de la formación y función de los órganos.

En el primer caso se trasegaban códigos cognoscitivos que, al incrementar el conocimiento, elevaban de rango cognoscitivo al individuo. En el segundo caso, alterando una ficha genética en el organismo del individuo, se le predisponía a una mayor capacidad de reflexión. La implantación del conocimiento la encuentro representada simbólicamente en un Gliptolito y la modificación de la estructura orgánica la encuentro representada simbólicamente en un manto de Parácas.

7.1. IMPLANTACIÓN DE CÓDIGOS COGNOSCITIVOS (p.275-279)

El Gliptolito que posee simbólicamente esta información, tiene aproximadamente sesenticinco [sesenta y cinco] centímetros de (p.275) diámetro mayor, su color es negruzco y se observa que la modalidad del grabado es la del rayado profundo.

La información se encuentra representada en una escena que ocupa dos lados del Gliptolito. En un lado observa a un individuo sobre la mesa de operaciones (3 en Fig. 85A),


Fig.
                                85A: Implantación de códigos
                                (conocimientos)
Fig. 85A: Implantación de códigos (conocimientos) (p.277)


sometido a una doble intervención quirúrgica: el transplante del complejo suprarrenal-riñón, a cargo de un cirujano, y al trabajo que realiza otro cirujano al manipular unos hemisferios cerebrales (5 en Fig. 85A) que están haciendo contacto con los hemisferios cerebrales del individuo. Entiéndase que el transplante del complejo suprarrenal-riñón - como ha quedado dicho en el capítulo sobre medicina gliptolítica - tenía el propósito de evitar el rechazo a lo que luego se iba a transplantar.

El manipuleo de la presente escena podría hacer pensar que se trata de implantar los hemisferios cerebrales en la cavidad craneana del individuo, junto a su propio cerebro. Sin embargo, un rasgo singular de la escena desecha esta posibilidad: las circunvoluciones de los hemisferios cerebrales están dispuestas de tal manera que parecen continuarse como si fueran las de un solo cerebro. Esto significa que se está trasegando en el cerebro del individuo cierta parte fluida de los hemisferios cerebrales provenientes de otro cerebro, es decir, se están trasegando conocimientos (códigos cognoscitivos).

Pienso que la escena bien podría ser un símbolo, que quiere dar a entender que la implantación de códigos cognoscitivos no se hacía en la forma como muestra la escena, es decir con la presencia de otros hemisferios cerebrales, sino mediante la aplicación artificial de los códigos cognoscitivos, previamente sintetizados por los científicos gliptolíticos.

Obsérvese que por debajo de la mesa de operaciones hay una figura de forma cuadrangular (6 en Fig.85A), de la que salen dos conductos que contienen cánulas (7 en Fig. 85A).

Los conductos se hallan conectados, por las muñecas del individuo, al sistema arteriovenoso radial. La figura cuadrangular sería un dispositivo integrante de aquel complejo sistema de aparatos electrónicos que describí al tratar de las intervenciones quirúrgicas (Cap. V) y cuya función sería la de incorporar - en el torrente (p.276) circulatorio y a través de las cánulas - un líquido desconocido que, llevado por la sangre a los dos pares de hemisferios cerebrales, hiciera posible el traslado de los conjuntos moleculares de ácidos nucleicos y proteínas (códigos cognoscitivos) a los hemisferios cerebrales receptores. Esto, si verdaderamente la implantación de códigos cognoscitivos se hacía de hemisferios cerebrales a hemisferios cerebrales. Pero si se considera la otra interpretación que he dado en el sentido de que la presencia de aquellos otros hemisferios cerebrales bien pudiera ser sólo un símbolo que quiera dar a entender que los códigos implantados eran sintetizados previamente, el líquido desconocido habría tenido la misma función que en el caso anterior, de decir, habría sido el encargado de introducir los códigos (p.277) cognoscitivos sintetizados en el torrente sanguíneo para que llegaran al cerebro. En uno o en otro caso se creó un campo electromagnético que, actuando a nivel molecular, propiciaba la incorporación de los códigos.

La presencia de este campo electromagnético se halla simbólicamente graficada en esta escena por un anillado que enlaza, a la altura de los pies, el cuerpo del individuo con la mesa de operaciones. Se entiende que la mesa de operaciones no era sólo un objeto que servía de receptáculo sino que, mediante ciertos dispositivos, formaba parte de aquel complejo sistema de aparatos electrónicos que usaron los cirujanos gliptolíticos en sus intervenciones quirúrgicas.

El campo electromagnético así creado, habría tenido por función específica establecer el sentido del desplazamiento de los conjuntos moleculares de proteínas y ácidos nucleicos a los hemisferios cerebrales receptores.

La culminación exitosa de la operación descrita que da expresada en un haz de líneas que se proyecta desde el ojo del individuo. Esto, que significa aumento del poder visual, es el símbolo con el que se indica la mejora cognoscitiva obtenida en la operación.

En el otro lado del Gliptolito se aprecia la cabeza de los dos cirujanos (Fig. 85B).


Fig.
                                85B: Implantación de códigos 02
Fig. 85B: Implantación de códigos 02 (p.279)

Implantación de códigos cognoscitivos. Un cirujano transplanta el complejo suprarrenal-riñón, para evitar el rechazo, y el otro manipula los hemisferios cerebrales provenientes de otro cerebro (p.279).


El que manipula el complejo suprarrenal-riñón tiene pequeño y redondo el ojo (2 en Fig. 85B), mientras que el que manipula el cerebro lo tiene grande y ovalado (1 en Fig. 85B). Esta diferencia es un símbolo empleado para establecer diferencia de jerarquía cognoscitiva, pues señala que el cirujano que manipula el cerebro está cognoscitivamente más capacitado que el otro. El haz de líneas que proyecta el ojo del individuo receptor, vendría a significar que acaba de adquirir un rango cognoscitivo superior al que tienen los cirujanos.

Hasta hace poco era creencia marcadamente indiscutible que el conocimiento solamente se podía adquirir a través del complejo mecanismo de la reflexión que realiza la mente del individuo, sea para aprehender la información que proporcionan las vivencias, sea para aprehender indirectamente como suele hacerse por las referencias de conocimientos que le llegan al hombre.

Sin embargo, no se había pensado en que el conocimiento podía adquirirlo (p.278) el individuo sin el mecanismo previo de la reflexión. Esto es lo que nos dice el mensaje del Gliptolito que acabo de interpretar (p.279).


7.2. [EXPERIMENTOS CON ÁCIDOS Y GUSANOS] (p.279-283)

[Ciencia electrofisiológica: células y ácidos]

Investigaciones electrofisiológicas realizadas por científicos actuales, han revelado que el cerebro es un maravillosos "cuadro" atravesado en todos sentidos y de continuo por innumerables y fulmíneos impulsos eléctricos. Sin embargo, estas investigaciones no han logrado dar una información precisa sobre la actividad eléctrica del cerebro.

La idea de que esta actividad cerebral va acompañada por una actividad química, ha conducido en los últimos años a encaminar las investigaciones hacia este tipo de (p.279) actividad. Se ha encontrado que en las células gliales - células que, aproximadamente en número de diez, acompañan en calidad de satélites a cada célula nerviosa o neurona - las proteínas son sintetizadas a un ritmo que no tiene igual en ninguna otra célula del organismo human.

Paralelamente a esta actividad proteíno-sintética en las células gliales también se han comprobado un alto grado de actividad enzimática (las enzimas son moléculas muy complejas que facilitan las reacciones químicas, ya para formar moléculas, ya para desdoblarse) y un elevado contenido de ácido ribonucleico (contenido que es superior en un diez por ciento a la cantidad de ácido ribonucleico que se encuentra en las neuronas). Se sabe que este ácido regula la actividad de síntesis proteínica y que las proteínas son de diversos tipos, por lo que se piensa que el almacenamiento de las informaciones en el cerebro del individuo se efectúe a través de la producción de determinados tipos de proteína que se formarían por las transformaciones que se producen al llegar al ácido ribonucleico los impulsos provenientes de las células nerviosas.

Esto quiere decir que el impulso nervioso que llega a la neurona con el propósito de registrar (almacenar) la información como producto de la experiencia directa o indirecta, se trasmite a las células gliales, en donde el ácido ribonucleico, mediante ciertas transformaciones estructurales de sus componentes (bases nitrogenadas: adenina, citocina, guanina y uracilo, pentosas: ribosa; y un ácido: ácido fosfórico), elabora - sintetiza - una proteína con el propósito de que en ésta quede alamacenada, en código, la información.

Puede decirse que esta proteína así elaborada es la estructura bioquímica en la que queda registrado el conocimiento correspondiente a la experiencia que condujo el impulso nervioso. Todo esto es el resultado de las investigaciones llevadas a cabo por el científico sueco H. Heydén, en 1950, en el Instituto de Histología de la universidad de Gotemburgo (Suecia).

Cada información requiere de un tipo diferente de proteína. Como el hombre puede acumular diferentes tipos de información que sumados dan una enorme cantidad (la cantidad podría ser infinita si el hombre fuera inmortal), el ácido ribonucleico tiene posibilidades infinitas de (p.280) producir - sintetizar - diferentes tipos de proteína, en los que cada tipo corresponde a una información diferente.

Se calcula que un individuo llega a almacenar en su vida mil billones (1 000 000 000 000 000) de informaciones. Esta cifra, sin embargo, es notablemente más baja que la cantidad de impulsos nerviosos eléctricos que en la vida de un individuo atraviesa el sistema nervioso. Se calcula que en el estado de vigilia, es decir de conciencia, se generan 3 mil millones de impulsos por segundo en el sistema nervioso.

[Desarrollo corporal en la tercer edad: reducción de la actividad y de la masa cerebral]

Las investigaciones han demostrado que el contenido de ácido ribonucleico de las células nerviosas aumenta considerablemente a partir de los 3 primeros años de la vida hasta los 40 años. Desde los 40 hasta los 55-60, el contenido de ácido ribonucleico permanece constante y luego disminuye bastante rápidamente. Se ha comprobado también que a medida que aumenta la edad disminuye el número de células nerviosas en funcionamiento y que, de los 30 a los 90 años, el volumen del cerebro sufre una reducción aproximadamente de un diez por ciento.

[Experimento con gusanos "planarias": transmiten el conocimiento por vía bioquímica]

Experimentos realizados con gusanos platelmintos llamados planarias han demostrado la posibilidad de transmitir por vía bioquímica el conocimiento.

Filogenéticamente las planarias son antiquísimas (existen sobre la Tierra desde hace 600 millones de años, desde la era Paleozoica), carecen de sistema circulatorio y de intestino. Tienen, sin embargo, una simetría bilateral, un sistema nervioso rudimentario y primitivo, con una cabeza que gobierna el cuerpo.

Las planarias al ser seccionadas tienen la capacidad de regenerar la parte faltante: la parte caudal regenera la cabeza y ésta la parte caudal. Si estos animales están hambrientos practican el canibalismo. Se tomaron unas planarias y se les enseñó un conocimiento específico: empleando una especie de laberinto en forma de T, se les enseñó, mediante luces y descargas eléctricas, a dirigirse hacia la bifurcación del laberinto y elegir siempre el mismo ramal. Se seccionaron a estas planarias y los pedazos fueron tragados por planarias no sometidas a ningún entrenamiento.

El resultado fue sorprendente: estas planarias resolvieron el problema del laberinto en la misma (p.281) forma como antes había sido resuelto. Estos experimentos fueron iniciados en la Universidad de Texas, EE.UU., por R. Thompson y J.V. McConnel y fueron continuados por éste en la Universidad de Michigan.

Las planarias engloban los alimentos de la misma forma como lo hacen las amibas; por lo tanto, no destruyen las sustancias ingeridas. Esta característica les permite integrar directamente a sus tejidos, largas cadenas proteínicas y células enteras. En consecuencia, a las planarias del experimento les vino el conocimiento en las proteínas de los trozos que tragaron.

[Experimentos con ácidos - mejoran el cerebro de los hombres preseniles]

En personas que presentaban una notable disminución de la memoria se ha obtenido una mejoría luego de un tratamiento con ácido ribonucleico aplicado por la vía intravenosa. A veinte individuos (preseniles, seniles, arterioesclerosos) se les midió previamente la capacidad memorística mediante la aplicación de una serie de tests.

Al término de dos semanas de les administró el ácido ribonucleico y fueron nuevamente examinados con los mismo tests. Todos mejoraron; los que revelaron una mejoría más marcada fueron los pacientes arterioesclerosos, seguidos por el grupo de los preseniles. Los arterioesclerosos también respondieron bien a la administración del ácido ribonucleico por vía oral; en este caso la dosis fue más alta y el tratamiento abarcó un mayor período. El tratamiento estuvo a cargo de D. Ewen Cameron, de la Universidad McGill, EE.UU.

Un experimento similar se realizó en el Hospital de Rehabilitación Heine-Medin de Budapest. Se trató con ácido ribonucleico a cuatro niños de cinco años de edad que ofrecían secuelas de parálisis poliomielíticas muy similares entre sí y con un atraso mental bastante marcado. El tratamiento duró veinte días. Al  cuarto día, si bien la fuerza muscular no experimentó ninguna mejoría, el comportamiento de los niños mejoró: aparecían más activos, más sociables, más alegres, y menos taciturnos, tenían incluso mejor apetito. Pero con solo suspender dos días la administración de ácido ribonucleico volvían al estado anterior.

Finalmente, el cociente de inteligencia, rigurosamente determinado al comienzo de la cura, demostró un (p.282) aumento sensible y progresivo (p.283).


7.3. MODIFICACIÓN GENÉTICA EN UN MANTO DE PARACAS (p.283-288)

Los Mantos de Parácas, por la finura de su confección en que destaca la calidad de la fibra utilizada, los vivos y durables colores, la delicadeza en la composición y en el detalle, revelan ser obra de una depurada tecnología. El mundo no les escatima su asombro y admiración. Se les ha encontrado en tumbas de la cultura Parácas, una de las culturas preincas. El hecho de haber sido encontrados en estos lugares ha servido para que se crea que fueron confeccionados por hombres de estas culturas. Y se suele sostener que las representaciones de sus figuras obedecen a la intención de expresar, de manera estilizada y en algunos casos fantasiosamente, escenas de la vida de estos hombres.

Sin embargo, no se ha reparado en que las figuras de los Mantos de Paracas no son meros adornos ni obedecen exclusivamente a un propósito estético, sino que en ellos las figuras son símbolos que informan sobre conocimiento de índole genética del hombre, en dos niveles: en el nivel microfísico y en el nivel macrofísico. El solo detalle de haber sido hallados junto a objetos que denotan un primitivismo de parte de los ocupantes de las tumbas (tales como espinas vegetales adaptadas para coser, puntas de obsidiana, collares de caracoles y trocitos de hueso, calabazas, maíces, burdos ceramios - sorprendentemente junto a finos ceramios -, etc.) revela un desnivel en la tecnología, lo que puede bastar para que se tenga por inadmisible que estos Mantos hayan sido hechos por hombres preincas.

No sólo, pues, la tecnología empleada sino también el profundo conocimiento científico representado en estos Mantos demuestran que fueron hechos por una cultura avanzada. Los Mantos deben haberle llegado a los hombres de la cultura Parácas en sucesivas reproducciones, a través de generaciones de grupos humanos que existieron muchos antes que los preincas y que poseyeron la indispensable tecnología como para reproducirlos de los Mantos (p.283) originales: aquellos confeccionados por la Humanidad Gliptolítica con el propósito de dejar mensajes.

El Manto de Parácas que a continuación interpreto informa sobre la alteración de un rasgo somático: la eliminación del dedo pulgar, a fin de predisponer al individuo genéticamente al incremento de de la capacidad de reflexión (41).

(41) Los Mantos de Parácas forman series de numerosos ejemplares. El resultado de mis investigaciones sobre la información contenida en varias series, las daré a conocer oportunamente.

Destaca en el manto la figura de un ser humano cuya cabeza se encuentra rodeada por una zona de color azul (13 en Fig.86). El cuerpo de esta figura humana se halla hacia arriba, de modo que se observan los pies, con cinco dedos (15 en Fig.86).


Fig.
                                86: el tejido de Paracas con la
                                ingeniería genética
Fig. 86: el tejido de Paracas con la ingeniería genética (p.285)


Obsérvese que en cada pie uno de los dedos tiene la forma de un pulgar, rasgo que interpreto ha sido colocado con el propósito de que se repare que las manos de esta figura humana carecen de pulgar. La presencia de una zona de color azul ala altura del vientre (el mismo color que rodea la cabeza de esta figura humana), zona en la se observa una forma fetal (1 en Fig.86), revela que la figura humana es una mujer en estado de gestación. Por encima de la cabeza de la mujer hay dos especies de cintas alargadas que terminan en unas formas esféricas (5 y 9 en Fig. 86). En la primera de estas cintas se observan cuatro figuras redondeadas de color amarillo (el mismo color de los brazos, las piernas y los pies de la mujer). Estas figuras redondeadas tienen a manera de núcleo una zona oscura, por la parte superior unos casquetes igualmente oscuros y un pequeño cuadrilátero de color blanco. Representan el proceso de ovogénesis, o sea el proceso de formación del óvulo.

[Las figuras en el tapiz de Parácas]

La primera de estas figuras redondeadas (3 en Fig.86) es la ovogonia, célula embrionaria que se halla en el ovario. Las dos siguientes don, respectivamente, el ovocito de primer orden y el ovocito de segundo orden, fases evolucionadas de la ovogonia, y la última (4 en Fig. 86) es el óvulo ya formado y listo para ser fecundado por el espermatozoide. La (p.284) figura esférica que corona esta cinta (5 en Fig.86)

representa simbólicamente la vagina. La cinta de la izquierda tiene cuatro figuras redondeadas con ojos, boca y con una especie de prolongación a manera del cuerpo. Representan la espermatogénesis, proceso de formación del espermatozoide. La primera de estas figuras (6 en Fig. 86)

representa la espermatogonia, célula embrionaria del testículo. Las dos siguientes, respectivamente, representan el espermatocito de primer orden y el espermatocito de segundo orden, formas evolucionadas de la espermatogonia. La cuarta figura (7 en Fig. 86) representa el espermátide o espermatozoide inmaduro y, por lo tanto, en condiciones de iniciar su proceso de maduración. La forma alargada y esférica que corona esta cinta (9 en Fig.86) representa simbólicamente el pene.

En el lado derecho aparecen las figuras simbólicas de tres espermatozoides. el de color oscuro (8 en Fig.86) al hallarse conectado al tronco de la mujer significa que es el que ha fecundado el óvulo y  ha formado el huevo que se observa dentro del cuerpo de la mujer, en forma de un rostro (11 en Fig.86). La idea de que esta figura es el huevo, es decir la fusión del espermatozoide y el óvulo, se encuentra simbolizada en el color oscuro de los ojos (color que tiene este espermatozoide) y por el color amarillo del núcleo del óvulo (color que se halla en la mujer). La presencia de los otros dos espermatozoides (12 en Fig. 86) no significa que sean del mismo hombre que ha producido el espermatozoide de color oscuro. Su presencia es un símbolo que da a entender que la fecundación ha obedecido a una selección previa de hombres en los que, trabajando a nivel genético, se puso en condiciones a uno de ellos para implantar en la mujer el código genético que (p.286) permitiera que la mujer procreara un ser con manos sin pulgar. El color oscuro del espermatozoide se puede observar en una banda oscura que aparece en las manos de la mujer (2 en Fig. 86) y también en sus tobillos. La carencia del pulgar en las manos de la mujer no significa que realmente sus manos tengan esta característica. La banda oscura que tiene en las manos, signo del espermatozoide que la ha fecundado, significa que el hombre le ha implantado el código genético que le permitiría a ella concebir un ser sin pulgar.

La figura de tres riñones (14 en Fig. 86) - que por lo demás aparecen con la respectiva corteza, médula, pelvis y uréter - es el símbolo de que la modificación genética ha requerido de tres generaciones para hacerse permanente y que, dado que el riñón elimina células, el análisis microscópico que se haga de éstas confirmará que el gen - elemento determinante de una característica orgánica - responsable de la presencia del pulgar, habría sido eliminado del cromosoma.

La mano de cinco dedos en la que el pulgar está en posición oponible a los otros, predispone al individuo hacia las labores manuales. Es la mano de garra. Como lo que caracterizó a la Humanidad Gliptolítica fue desarrollar la capacidad reflexiva para incrementar y conservar el conocimiento, pienso que la información contenida en este Manto de Parácas significa que la Humanidad Gliptolítica tuvo un profundo conocimiento de los códigos genéticos, responsables de las características somáticas del individuo y que gracias a ello pudo modificar los rasgos deseados.

Es posible, en consecuencia, que el dominio de este campo le haya permitido alterar la ficha genética del notharctus para ascenderlo al nivel de hombre.

[Cabrera: el dedo pulgar solo es un símbolo]

Con relación a la eliminación del dedo pulgar pienso que solamente es un símbolo que quiere reiterar la finalidad de la existencia de la Humanidad Gliptolítica: apartarse de la condición de animalidad, condición ésta que encuentra su rasgo dominante en la mano de garra, es decir, en aquella mano que predispone al hombre a apartarlo del conocimiento.

Si bien, pues, no creo que la eliminación del dedo pulgar haya sido el procedimiento con que los Hombres (p.287) Gliptolíticos ascendieron al notharctus al rango de hombre, no desecho la posibilidad de que los Hombres Gliptolíticos (los que vinieron del cosmos y de cuya figura humana sólo se tiene una idea aproximada por la figura del Hombre Reflexivo y Científico, que fue hechura de ellos) hayan tenido mano sin pulgar y que, tal vez, hayan eliminado genéticamente el dedo pulgar del Hombre Reflexivo y Científico - el más elevado de la escala de hombres -, con el propósito de ascenderlo al nivel cognoscitivo de ellos mismos (p.288).


Compartir:

Facebook







^