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Cabrera: Mensaje de las piedras

6. Planetas habitados por el hombre de los tiempos remotos

6.3. LA TIERRA EN SITUACIÓN PRECATACLÍSMICA

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Presentación de Michael Palomino (2012)


de: Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991; avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel. 231933 / 234363;


6. PLANETAS HABITADOS POR EL HOMBRE

6.3. LA TIERRA EN SITUACIÓN PRECATACLÍSMICA (p.244-246)

Esta humanidad se encontraba convenientemente organizada. En las macroconcentraciones que he denominado Megápolis, se hallaban los Hombres Reflexivos y Científicos que asignaban a los continentes y a sus respectivos compartimientos funciones específicas. Labores de índole agropecuaria, técnica e industrial se hallaban a cargo de los demás hombres, cada quien en la labor para la cual había sido capacitado. Se ha observado una distribución racional en el uso de los continentes, y se ha visto cómo se han reservado zonas sin cultivo alguno posiblemente para regenerar la fertilidad del suelo, y en cambio otras zonas han sido utilizadas para la agricultura, crianza de animales y para industrias. Todo estos y el hecho de que los hombres aparezcan distribuidos en macroconcentraciones, dan la certeza de que existe sólo la intención en estos dos Gliptolitos de señalar el uso armónico de los recursos naturales del planeta para conseguir el equilibrio de su metabolismo.

He dicho que existe sólo la intención de señalar esa distribución armónica en los recursos del planeta porque creo que, si bien tal armonía había sido lograda por la Humanidad Gliptolítica, esa distribución armónica ya no existía si se toma en cuenta la situación de progresiva intensidad calorífica por la que atravesaba el planeta, según se desprende de los símbolos graficados en estos Gliptolitos.

Recuérdese que no se han graficado casquetes polares y que la mesa de agua es ínfima en relación con las zonas continentales. La existencia de una distribución armónica en el uso de los recursos del planeta representado, es incompatible con esa situación crítica y (p.244) anormal del metabolismo del planeta. Quiero decir con esto que desde el tiempo de esa distribución armónica hasta la situación crítica, debe haber sucedido en los hombres del planeta graficado algo anormal, que entiendo no puede ser sino el haberse apartado de la finalidad en al evolución de la vida humana, finalidad que, como he venido diciendo en líneas anteriores, era el desarrollo de la capacidad reflexiva para incrementar y conservar el conocimiento.

Respecto de esta situación crítica en el metabolismo del planeta, estos dos Gliptolitos señalan que el agua en fase vapor se ha desplazado, por efecto de la temperatura, a la atmósfera, saturándola. Si se compara la magnitud de las aguas y de la masa continental de esta planeta con la que ofrece actualmente el planeta Tierra, se notará que aquel planeta muestra una parte de agua por cuatro de continentes y que la Tierra tiene en la actualidad cuatro partes de agua por una de masa continental. Vemos así que el planeta representado en los gliptolitos era en aquel momento un sistema térmico cerrado. Recibía energía radiante del sol, pero no la podía disipar por la enorme capa de vapor (especie de cuerpo opaco formado por las nubes) que rodeaba el planeta. Es esta situación de desequilibrio térmico, el planeta debió haber llegado a su punto crítico en el que inevitablemente el agua en su fase vapor se precipitó en forma de una lluvia interminable produciendo una fabulosa energía mecánica que trajo como consecuencia el inicio del desplazamiento de enormes masas continentales, es decir, un monstruoso cataclismo de proporciones inimaginables.

Si se repara en el hecho, comprobado por los científicos actuales, de que los continentes del planeta Tierra se están desplazando a la velocidad de seis centímetros por año, no es extraño pensar que el planeta representado en situación precataclísmica en estos dos Gliptolitos corresponda al planeta Tierra y que el cataclismo que se avecinaba se haya finalmente producido, ocasionando el desplazamiento de los continentes de modo que los seis centímetros a que me he referido no sean sino el movimiento residual de aquel cataclismo.

Esta sospecha se toma en evidencia si comparamos la distribución que tienen los (p.245) continentes y mares en el planeta graficado en estos Gliptolitos con la que tienen los mares y continentes de la Tierra actualmente, y si luego desplazáramos imaginariamente hacia el oeste a Europa y la parte norte de África, y hacia el este el continente de Asia. Así, se reconstruirá en un 90% el planeta Tierra representado en los dos Gliptolitos en aquel remoto pasado (Véase el esquema que reconstruye la posición arcaica de los continentes del planeta Tierra).

La humanidad actual ha recibido por tradición oral y escrita (mitos, leyendas, referencias históricas, etc., tan difundidos universalmente), una imagen de lo que fue el pasado de la humanidad, aunque desarticulada e incompleta. Así por ejemplo, los pueblos de la Tierra hablan de que en tiempos muy remotos se produjo un cataclismo. Pero algunos pueblos la causa del cataclismo fue la caída de asteroides gigantes, para otros la caída de supuestos satélites que tuvo la Tierra y para otros un diluvio universal. La misma Geología habla de que se produjo un cataclismo como consecuencia del surgimiento de grandes montañas y erupciones volcánicas en todo el planeta (los Andes, las montañas Rocosas, los Alpes, el Himalaya, etc.), surgimiento al que se ha llamado la Revolución de las Montañas Rocosas, sucedido al final del período Cretácico (hace 75 millones de años), en la era Mesozoica.

Todo esto confirma que la situación precataclísima representada simbólicamente en los dos Gliptolitos corresponde a la que se dio en el Planeta Tierra en un remoto pasado (p.246).

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