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Cabrera: Mensaje de las piedras

5. Medicina gliptolítica

5.5. [INSTRUMENTOS DE OPERACIONES EN TIEMPOS REMOTOS - Y UN TUMI CON EL CICLO FEMENINO]

Fig. 58: El tumi con la indicación
                de un ritmo femenino
Fig. 58: El tumi con la indicación de un ritmo femenino

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Presentación de Michael Palomino (2012)


de: Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991; avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel. 231933 / 234363;


5.5. [INSTRUMENTOS DE OPERACIONES EN TIEMPOS REMOTOS - Y UN TUMI CON EL CICLO FEMENINO] (p.211-219)

[Tiempos remotos: instrumentos de operaciones de una aleación de oro, plata y cobre - tumis - metal "champi"]

En diferentes lugares del mundo se han encontrado cráneos trepanados de hombres antiguos, lo que ha hecho suponer que el hombre antiguo se alimentaba de cerebros o que tal vez las trepanaciones obedecían a propósitos de hechicería, a prácticas rituales o a posibles curaciones (p.211) de traumatismos óseos. Pero como en tumbas del antiguo Perú se han encontrado - además de cráneos trepanados - instrumentos de metal cortantes y resistentes tales como tumis, escalpelos, cinceles, separadores, pinzas, etc. (hechos todos de aquel metal llamado champi, aleación de oro, plata y cobre), ha servido para suponer que tanto incas como preincas conocieron avanzadas técnicas quirúrgicas y profundos conocimientos científicos de anatomía y neurofisiología, que les permitió trepanar cráneos para intervenir el cerebro.

Al tratar de otros materiales usados por la Humanidad Gliptolítica para dejar mensajes, me referí al oro. Dije que este metal lo utilizó primero en forma de planchas luego bajo la forma de diferentes objetos y que un tipo de éstos lo constituyen los tumis de oro con incrustaciones de piedras preciosas. Dije asimismo que los tumis hechos de aquel durísimo metal llamado champi fueron confeccionados por la Humanidad Gliptolítica, y quiero añadir que todos los instrumentos hechos de este metal (escalpelos, cinceles, separadores, pinzas, etc.) pertenecieron a esa humanidad.

[Cráneos con trepanaciones en Parácas]

Por excavaciones practicadas en tumbas incas y preincas - sobre todo en tumbas de la cultura Parácas - se han encontrado cráneos con orificios, otros cuyos orificios aparecen cubiertos en algunos casos con placas de oro, en otros casos con placas de plata, en otros casos con fragmentos de calabaza; y muchos cráneos que revelan que se ha dado el proceso de regeneración ósea y por consiguiente que el individuo ha sobrevivido a la trepanación.

[La cirugía "actual" con sus "técnicas]

La cirugía actual trepana el cráneo con el propósito de diagnosticar y tratar las enfermedades de los huesos del cráneo y de los órganos contenidos en la cavidad craneana. Para alcanzar estos objetivos dispone de un avanzadísimo conocimiento de la estructura y funcionamiento del cerebro, de las membranas que lo recubren del liquido contenido en la cavidad craneana y de los huesos que conforman el cráneo. También dispone de avanzadas técnicas quirúrgicas que se ven facilitadas por el empleo de un especializado instrumental, en el que son imprescindibles (p.212) la sierra eléctrica para la trepanación, delicadísimos instrumentos mecánicos y eléctricos para manipular órganos, seccionar y suturar vasos. A esto se suma la eficacia de los nuevos anestésicos, que son de escasa toxicidad, y que permiten la prolongación del tiempo operatorio, tan necesaria ésta para las operaciones del cerebro.

Las culturas inca y preincas estuvieron muy lejos de alcanzar siquiera un mediano avance científico y tecnológico en general, menos aún en este campo tan especializado como esta neurocirugía. En consecuencia, las trepanaciones que efectuaron, si tuvieron un propósito quirúrgico, a lo sumo no pasaron de ser simples intervenciones en el nivel del hueso, posiblemente para restablecer la integridad de la bóveda craneana. Afirmar que dichos orificios se hacían para intervenir en la mesa encefálica es pues, absurdo.

Bien se sabe que la actual humanidad - de la que formaron parte esas culturas, hace 3 mil años - sólo en este siglo ha adquirido los conocimientos necesarios para intervenir científicamente el cerebro. Lo más probable es que las trepanaciones practicadas por incas y preincas se hayan hecho para curar fracturas óseas producidas por guerra o por accidentes, y otras como prácticas de hechicería para intentar curar males desconocidos (dolores insoportables de cabeza, comportamientos extraños del individuo, etc.), tal vez partiendo de la curiosa idea de que la causa de estos males eran espíritus maléficos afincados en la cavidad craneana.

[Los tumis y sus símbolos]

Los tumos de champi y los de oro con incrustaciones de piedras preciosas fueron confeccionados por la Humanidad Gliptolítica con el propósito de dejar en ellos informaciones de tipo quirúrgico. No contienen escenas quirúrgicas.

En los tumis de oro con incrustaciones de piedras preciosas, la parte superior - formada  en algunos casos por una figura humana completa y en otros sólo por la cabeza, pero en ambos casos con adornos y filigrana - contiene la información inscrita con figuras y símbolos. La parte inferior tiene forma de un instrumento cortante. Como ese instrumento cortante aparece como símbolo de uno de los instrumentos quirúrgicos en las escenas de los (p.213) Gliptolitos que informan sobre cirugía (véase Fig. 44),


Fig.
                              44: Extracción de un cerebro
Fig. 44: Extracción de un cerebro (p.195)

Fig.
                              58: El tumi con la indicación de un ritmo
                              femenino
Fig. 58: El tumi con la indicación de un ritmo femenino (p.218)

Tumi de oro con incrustaciones de piedras preciosas. Al igual que los de champi (durísima aleación de oro, plata y cobre), los tumis de oro fueron confeccionados por la Humanidad Gliptolítica con el proósito de dejar en (p.218) ellos informaciones de tipo quirurgico. Las figuras y símbolos del presente tumi informan sobre el ciclo mentrual de la mujer. Este tumi forma parte de una serie sobre patología quirúrgica del ovario. Han sido encontrados en tumbas precolombinas del Perú, pero no pertenecen a hombres de estas culturas (p.219).


en el tumi reaparece para dar a entender que la información contenida es de índole quirúrgica. El tumi no es, pues, uno de los instrumentos quirúrgicos que empleo la Humanidad gliptolítica; mal podía serlo con los aparentes adornos y filigranas que impiden asirlo. Los tumis de obsidiana fueron confeccionados por las culturas inca y preincas, pero como simples réplicas de los de oro y de champi, que debieron haber encontrado por acceso a los depósitos de materiales gliptolíticos. Pero los tumis de obsidiana no tienen los aparentes adornos ni la figura humana; están conformados sólo por una réplica del instrumento cortante protegido en la parte superior por un mango de madura sujeto con amarras de cuerda.

Esto me hace pensar que, a diferencia delos tumis de la Humanidad Gliptolítica, los de los incas y preincas fueron confeccionados con el propósito de usarlos como instrumentos cortantes, una modalidad más del ya descrito mestizaje gliptolítico. Y es posible que fueron los instrumentos con que efectuaron las simples trepanaciones a que me he referido.

Por otra parte, con los tumis de oro y de champi debe haber sucedido lo mismo que con muchos testimonios de la Humanidad gliptolítica encontrados por las llamadas culturas antiguas: los incas y preincas no pudieron ni siquiera imaginar que los tumis contuvieran información científica. Pero como la presencia de los tumis significaba que habían sido hechos por seres a quienes no podían conocer, pensaron que esos seres eran dioses y entonces consideraron a los tumis como objetos sagrados.

Las réplicas de estos tumis y su presencia en las tumbas, fueron una forma de acercarse a esos supuestos dioses. Por eso me inclino a pensar que las trepanaciones hayan sido, en unos casos, prácticas ceremoniales en honor de esos dioses y, en otros casos, hechos que obedecían al propósito de curar enfermedades con la intervención del supuesto poder divino encerrado en el tumi.

Que los tumis de oro con incrustaciones de piedra preciosas contengan información inscrita simbólicamente, es algo que la Arqueología ni siquiera ha sospechado. Esto es causa de que los diversos ejemplares que existen (p.214) se encuentren diseminados en poder de coleccionistas y en los museos del mundo. Se le colecciona fundamentalmente como objetos artísticos. Al igual que los Gliptolitos, estos tumis forman series. Lamentablemente, la ignorancia de lo que significan y lo disperso en que se encuentran impiden el acceso a ellos, cuestión que pudiera facilitar los estudios interpretativos y por lo tanto disponer de la información quirúrgica que poseen.


CICLO MENSTRUAL DE LA MUJER SIMBOLIZADO EN UN TUMI

[Un tumi cuenta un ciclo menstrual de la mujer - el ciclo]

Por el estudio que he realizado de un tumi de oro con incrustaciones de piedras preciosas, he podido obtener la información dejada en él por la Humanidad Gliptolítica sobre el ciclo menstrual de la mujer. Para que pueda entenderse más fácilmente la descripción e interpretación de sus figuras y símbolos, creo necesario referirme antes someramente a lo que es el ciclo menstrual de la mujer.

Durante un tiempo determinado, en uno de los dos ovarios madura un óvulo. Al principio se hallan los óvulos listos para iniciar su proceso de maduración. Cada uno se encuentra alojado dentro de una especie de bolsita conocida con el nombre de folículo de Graaf. Dentro del folículo se halla rodeado de un líquido, el líquido folicular. Pero sólo un óvulo es el que logra madurar al cabo de catorce días. La maduración del óvulo es activada por la foliculina, hormona que segrega durante ese lapso las células del folículo de Graaf. El óvulo ya maduro se desprende de su folículo y es recogido por la trompa uterina. En estos momentos y hasta los seis días siguientes aproximadamente, si encuentra al espermatozoide, el óvulo quedará fecundado y se convertirá en huevo (cigota).

Por su parte, el folículo que envolvía al óvulo se transformará en lo que se denomina cuerpo amarillo y producirá la progesterona, hormona que favorece el crecimiento de la mucosa uterina a fin de que ésta reciba al huevo y prosiga la formación del nuevo ser.

pero si el óvulo maduro no encuentra al espermatozoide, días después se destruirá. El óvulo destruido será entonces eliminado conjuntamente con la mucosa uterina; la eliminación de la mucosa uterina se produce veintiocho días después de haberse iniciado el proceso de maduración del óvulo. La eliminación de la mucosa uterina origina la (p.215) hemorragia menstrual. Luego de este período de veintiocho días se inicia el proceso de maduración de un nuevo óvulo.

Todo este proceso que se realiza en forma periódica en el ovario, con el propósito de que madure un óvulo, sea para encontrar su fecundación y convertirse en huevo, sea para destruirse al cabo de veintiocho días cuando no ha encontrado al espermatozoide, constituye el ciclo menstrual de la mujer. La hemorragia menstrual se produce normalmente al término de los veintiocho días y se considera igualmente normal que dure cinco días. La fecundación del óvulo para convertirse en huevo se puede producir desde la mitad del ciclo hasta los seis días siguientes. Sin embargo, si el espermatozoide ha sido depositado no más allá de dos días anteriores a la mitad del ciclo, puede mantenerse vivo hasta el momento en que se desprenda el óvulo ya maduro y encontrarse con éste y fecundarlo.

[El tumi]

El tumi a que me he referido describe con figuras y símbolos el ciclo menstrual de la mujer. Sobre la frente de la figura humana hay una especie de casquete semicircular, que no es más que la representación microscópica del tejido del ovario (5 en Fig. 58).

Fig.
                              58: El tumi con la indicación de un ritmo
                              femenino
Fig. 58: El tumi con la indicación de un ritmo femenino


Los ocho pequeños círculos que aparecen insertos en él representan ocho folículos de Graaf, exactamente como se ven al microscopio (6 en Fig. 58). El punto que se observa (núcleo) en el centro de cada uno es un óvulo en situación de iniciar su proceso de maduración (recuérdese que sólo uno de los óvulos va a madurar) y la zona que lo rodea es el líquido folicular. La argolla de diminutas bolillas que encierran al óvulo es el conjunto de células que tapizan las paredes del folículo, células que, como se sabe, segregan durante los primeros catorce días la foliculina, hormona que activa la maduración del óvulo. Rodeando la parte superior del casquete hay un filamento zigzagueante (4 en Fig. 58).

Si se observa los vértices del filamento, tanto los de arriba como los de abajo, nos daremos cuenta de que el filamento forma pirámides, catorce con el vértice hacia arriba y catorce con el vértice hacia abajo. Como en la simbología gliptolítica la figura de pirámide significa el elemento captador, acumulador y distribuidor de energía, se llega a la conclusión de que las veintiocho pirámides expresan simbólicamente las (p.216) variaciones energéticas que experimenta el ovario en el ciclo menstrual, que es de veintiocho [veinte y ocho] días. Es más: el hecho de, que catorce pirámides hayan sido representadas con el vértice hacia arriba y catorce con el vértice hacia abajo, sólo puede obedecer a la intención de informar que al término de los primeros catorce días del ciclo menstrual el óvulo ha terminado su proceso de maduración y se encuentra listo para ser fecundado por el espermatozoide, y que de no ser fecundado habrán de transcurrir catorce días más para que se inicie el proceso de maduración de un nuevo óvulo. Por encima del filamento de pirámides hay una zona de diez pequeños filamentos curvos, cuyos extremos están ensortijados hacia adentro como si se "miraran" mutuamente (2 en Fig.58).

Cada uno de estos filamentos de extremos ensortijados es la representación esquemática de la forma que toma el feto en la cavidad uterina. Como son en número de diez, se ha expresado entonces que, si el óvulo fuera fecundado, el período de gestación (embarazo) duraría diez meses de veintiocho días (véase nota 35).

(35) De acuerdo con el calendario de la Humanidad Gliptolítica, el año se dividía en 13 meses de 28 días cada uno, lo que hacia 364 días en total. Esta información se encuentra contenida simbólicamente en un Gliptolito cuya lectura e interpretación expongo en el capítulo VIII. (p.173)

Coronando toda la figura se aprecia un cordón integrado por treintitrés [treinta y tres] bolillas (1 en Fig. 58).

Esto informa que luego del ciclo menstrual (veintiocho días) vendrá un período de cinco días como máximo de flujo sanguíneo, lo que, como se sabe, es normal.

Finalmente, se aprecia otro símbolo inserto a uno y otro lado de la cara. Se trata de la figura ampliada del óvulo en su correspondiente folículo de Graaf, en situación de iniciar su proceso de maduración. Su tamaño, en relación con los óvulos que se observan en la parte superior, y el hecho de que sean dos, me permiten deducir que los ovarios de esta mujer están en capacidad de producir óvulos, es decir, funcionan normalmente (esta capacidad) no significa que ambos produzcan simultáneamente óvulos para un mismo ciclo menstrual; bien se sabe que sólo uno lo hace, cualquiera de los dos).

Respecto de las piedras preciosas de forma cuadrangular que se observan en la frente, en el cuello y en el tronco de la mujer, pienso que son elementos extragliptolíticos, agregados por los hombres preincas como consecuencia de que no pudieron entender los tumis dejados por aquella humanidad.

El ciclo menstrual de la mujer es un proceso normal (p.217) que, sin embargo, puede perturbarse por manifestaciones debidas a tumores benignos o malignos formados en el ovario. En estos casos la terapéutica exige la intervención quirúrgica. El tumo cuyos símbolos informan sobre el ciclo menstrual de la mujer forma parte de una serie de tumis sobre patología quirúrgica del ovario como consecuencia de la presencia de tumores en dicho órgano. Mis estudios sobre esta serie serán dados a conocer en otra publicación (p.219).


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