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Arica 19. El mercado central anterior: textos sobre terremotos y maremotos de 1868, 1877, y 1895

La historia de Arica con los terremotos y maremotos de 1868, 1877, y 1895
   
Artículo 09: Terremotos con tsunamis el
                            13 de agosto de 1868
Artículo 09: Terremotos con tsunamis el 13 de agosto de 1868
Artículo 23: El maremoto del 9 de mayo
                            de 1877
Artículo 23: El maremoto del 9 de mayo de 1877

Foto reportaje de Michael Palomino (noviembre 2010, fotos del 7 de mayo 2010)

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Artículos sobre la historia de los terremotos y maremotos y la reconstrucción de la ciudad de Arica en el siglo XIX

Ahora en este mercado central anterior he visto las vitrinas con los textos sobre la historia de Arica, y eso fue muy interesante. Ya fue un terremoto y maremoto grande en Arica en 1604 cuando toda la ciudad fue destruida [web01]. Los artículos en el mercado se refieren a los terremotos y maremotos de los años 1868 y 1877 y a la reconstrucción con el ingeniero Gustave Eiffel de Paris.

Vitrinas con artículos, la pared
Vitrinas con artículos, la pared
Vitrinas con artículos, el título
                          "Vitrinas del pasado"
Vitrinas con artículos, el título "Vitrinas del pasado"
Vitrina 01
Vitrina 01
Vitrina 02
Vitrina 02
Vitrina 03
Vitrina 03
Vitrina 04
Vitrina 04
Vitrina 05
Vitrina 05 indicando "Arica se levanta de las ruinas"
Vitrina 06
Vitrina 06 indicando la "Reconstrucción de Arica después de las catástrofes"


Considerando esas catástrofes hay la pregunta que esa ciudad - puede ser - se encuentra en un lugar peligroso y debería ser construido en otro lugar, o debería ser construido una terraza de 30 metros de altura por toda la llanura de Arica para construir Arica en una terraza grande como así.

Ahora lees los detalles como fueron los terremotos y maremotos de los años 1868 y 1877.

Como pude encontrar los textos parcialmente son del libro "Arica, puerta nueva" de Sr. Luis Urzua Urzua.

Libro "Arica, puerta nueva" de
                          Sr. Luis Urzua Urzua
Libro "Arica, puerta nueva" de Sr. Luis Urzua Urzua [foto07]




Los terremotos y maremotos (dos tsunamis) del 13 de agosto del año 1868 en Arica

Artículo 01 sobre los terremotos de 1868
Artículo 01 sobre los terremotos de 1868

Los Grandes Azotes de la Naturaleza

Terremoto de 1868 - [el tiempo bueno del día del 13 de agosto de 1868]

No hay duda que el año 1868 quedará inscrito en la historia de esta tierra con un sello dramático debido a la gran tragedia que significó el terremoto de agosto, hito que marcaría el inicio de otros penosos acontecimientos vividos en un lapso de no más de diez años.

A once días de haber asumido el gobierno del general José Balta, es decir el 13 de agosto de 1868, ruge la tierra con un terremoto grado 8 a 9 en la costa sur del Perú [con las fronteras de antes] acontecimiento que constituye uno de los hechos más importantes registrados por la sismología mundial dada la magnitud del terremoto y el área afectada.

El movimiento telúrico se expandió por toda la costa de Sudamérica entre la península de Mejillones y la costa de Paracas con un tsunami (maremoto) que tuvo impacto desde el puerto de Caldera hasta el Guayas en Ecuador, calculándose el epicentro frente a las costas ariqueñas por ser esta ciudad-puerto la más perjudicada.

Aquel fatídico 13 de agosto de 1868, era un día normal para la época del año con una claridad atmosférica poco común. Esta se produjo después de dos días de lloviznas nocturnas y matinales que limpiaron la bruma y polvo en suspensión frecuente en los cielos ariqueños.

La Cordillera de los Andes se vela imponente mostrando los nevados volcanes Tacora [en el valle Lluta], Chapiquiña [en el valle Lluta], y más al sur, el Taapacá [entre Putre y Parinacota], la mañana era fría con una temperatura de 13 grados, elevándose hacia los 23 grados al llegar el mediodía.

La violencia del maremoto provocó que las naves surtas en la bahía ariqueña comenzaron a moverse como en medio de varios remolinos con una fuerza incontrolable.


Artículo 02 sobre el peligro del mar y
                          sobra la isla Alacrán
Artículo 02 sobre el peligro del mar y sobra la isla Alacrán

El fenómeno que se desató en el mar tomó de sorpresa a una gran cantidad de barcos cuyas tripulaciones sufrieron gravemente las consecuencias.

El Peligro Viene del Mar - [fueron dos tsunamis]

Lo que ignoraban por entonces, los afligidos habitantes, era que el peligro llegaría justamente desde el mar y cuando se agolpaba más gente en el sector marítimo, vino un segundo remezón, tanto o más fuerte que el primero con el agravante que este movimiento fue acompañado de una violenta salida de mar.

Esta arremetida furiosa de Neptuno barrió toda la zona portuaria tragándose literalmente a todos los que allí se encontraban. Cuando aún no se recuperaban los ariqueños del segundo movimiento de la tierra, se produce un tercer evento sísmico, mayor que los dos anteriores con una duración de tres a cuatro minutos.

En este tercer movimiento, el mar se retiró más allá de donde el observador pudiese ver y la isla El Alacrán quedó en seco con los buques y embarcaciones menores varados en la costa.

[Los movimientos del barco "Wateree"]

Según el relato del capitán del buque de guerra "Wateree" de la Armada de Estados Unidos, Mr. L.G. Billings, consignada por don Alfredo Wormald Cruz en su libro "Frontera Norte", el primer movimiento telúrico sorprendió al capitán del buque a bordo de la nave en reunión con varios oficiales en su camarote, cuando de pronto sintieron que el barco se estremecía con violencia.
[La vista del barco "Wateree" a Arica destruida: derrumbes de edificios - nube de polvo - gritos]

No supieron a qué atribuir el movimiento de la nave que no cesaba un instante de moverse en forma anormal. Prontamente subieron a cubierta para ver que estaba pasando. Lo que apareció ante sus ojos los dejó perplejos: Una enorme nube de polvo se desplazaba desde el Morro hacia la ciudad, acompañada del estruendo por la caída de inmensos bloques de rocas de los acantilados de la granítica mole tutelar de Arica.

Además de los derrumbes de los edificios de la ciudad, la visión apocalíptica iba acompañada de extraños ruidos subterráneos que semejaban, truenos provenientes de las entrañas de la tierra; estos ruidos, segundo a segundo crecían con mayor intensidad.

El asombro y el pánico llegó al extremo de ver que la tierra se movía como un mar agitado, que los cerros lo hacían de tal modo que a cada momento esperaban verlos estallar en pedazos.

La nube de polvo envolvió todo rápidamente y nada se podía ver, pero los tripulantes del "Wateree" podían oír los gritos despavoridos y el estruendo de las casas que se derrumbaban. El buque era zarandeado de tal forma que le era difícil a la tripulación permanecer de pie y según los marinos de la nave estadounidense el terremoto duró unos cinco minutos.

La Isla El Alacrán - [con su fuerte con 100 personas]

En aquel fatídico día del terremoto, el fuerte de la isla El Alacrán se encontraba con su dotación completa de cien hombres que servían las ocho piezas de artillería que tenía.

[Arica trasformándose en un puerto fuerte desde 1866]

Por esos años, Arica se transformaba en un puerto de alto valor estratégico para las pretensiones de hegemonía en el Pacífico que tenía la república peruana con respecto a sus hermanas repúblicas sudamericanas, sobre todo después de las acciones del Callao, el 2 de mayo de 1866, contra la escuadra española. [Eso había sido la última prueba de los españoles racistas reconquistar el Perú, pero la marina peruana se defendió bien].

[Descripción del terremoto de 1868 como fue en la ciudad de Arica: casas caen - nube de polvo - calles bloqueadas - "coro de lamentos"]

Cuando eran las cuatro de la tarde del 13 de agosto de 1868, la población reiniciaba sus labores habituales, después de la tradicional siesta de sobremesa. De repente sienten un golpe muy fuerte y un ruido seco difícil de determinar en cuanto a su procedencia dando la sensación que la tierra se partía en dos.

A continuación se vino un movimiento de suelo que daba la impresión de una fuerza superior que lo sacudía como si fuera una alfombra, generando ondulaciones en lo que momentos antes parecía tierra muy solida y compactada.

Los muros de las casas se flectaban como si hubiesen sido construidos de papel hasta que no soportaban más cayendo sobre la gente, muebles y utensilios en una fenomenal caída de adobes y maderos.

Los que alcanzaban la calle también eran atrapados por los edificios que se derrumbaban en un verdadero caos que se acrecentaba segundo a segundo, con un movimiento que no permitía dar pasos sin caer al suelo.

El ruido subterráneo, el estrépito de las casas y edificios cayendo, la nube de polvo de todo lo cubría, oscureciendo la atmósfera, hacia el aire irrespirable, creando un ambiente que para quienes vivieron los interminables 3 minutos que duró el terremoto, era como el fin del mundo.

Disipada la enorme nube de polvo se pudo observar la magnitud de la tragedia, y donde hace pocos minutos existía una ciudad que veía con fe su prosperidad, ahora se había transformado en un montón de escombros donde se había borrado incluso sus calles.

Este dantesco cuadro de destrucción era acompañado de un trágico coro de lamentos de sus atribulados y acongojados habitantes, sobrevivientes del fenómeno telúrico. Los pedidos de socorro salían por todos lados, los gemidos y plañidos de los heridas eran una verdadera letanía que anunciaba más muerte y destrucción.

[Apr. 200 personas quieren tomar la fuga con barcos]

Unas doscientas personas, obedeciendo más a sus instintos que a su razón, en forma desesperada concurren al sector del muelle para pedir auxilio a los barcos surtos en la bahía, creyendo escapar del cataclismo que se les venía encima al sentir los fuertes ruidos subterráneos que no cesaban dando la impresión que los cerros terminarían por derrumbarse sepultándolo todo.
Artículo 3: El Mítico Wateree Artículo 3: El Mítico Wateree

El Mítico Wateree - [la gente en el muelle - segundo terremoto - tercer terremoto - el mar se retira]

Los tripulantes del buque de guerra "Wateree", al disiparse la nube de polvo, vieron horrorizados cómo había desaparecido la ciudad en contados minutos; los gritos de socorro se percibían claramente desde los barcos y la tripulación comenzó a ver cómo la gente se agolpaba hacia el muelle para pedir auxilio a las embarcaciones.

El comandante del buque mandó un bote a tierra con trece tripulantes a fin de adelantar los auxilios a la atribulada población, mientras preparaba una brigada de cuarenta hombres con las herramientas necesarias para el rescate de las víctimas.

Tan pronto como la tripulación del bote desembarcó, el estruendo del segundo sismo se hizo sentir con toda intensidad tan violento como el primero. Los tripulantes de los barcos con horror e impotencia vieron cómo el muelle que se encontraba lleno de personas, desaparecía tragado por el mar y ninguna persona que se encontraba allí logró sobrevivir.

Cuando aún no se reponían del impacto del segundo movimiento con la salida abrupta del mar, vino el tercer movimiento sísmico que duró varios minutos, sacudiendo la tierra como si la columpiara y a continuación el mar se recogió más allá del horizonte, dejando en seco toda la bahía.


[El barco "americano" "Wateree" con fondo plano no voltea en la bahía seca]

Los navíos, sin agua que los sostuvieran quedaron tendidos de costado como si hubiesen sido bestias marinas heridas. La excepción fue el "Wateree" que tenía sus fondos planos.

Esta nave había sido construida con el fin de navegar por los correntosos y poco profundos ríos del sur de Estados Unidos a finales de la guerra de secesión que había sufrido esa nación norteamericana.

Al originarse la fuerte resaca, al momento de la retirada del mar, todos los buques maniobraban para no verse arrastrados por una colosal succionadora en que se había transformado el océano con fuertes corrientes que parecían imanes por la atracción que generaban.

En estas circunstancias, el capitán del barco "América", que se encontraba en tierra, se embarca en un falucho [velero pequeño] para comandar y salvar su nave, pero fue rápidamente víctima de las corrientes pereciendo ahogado junto a los tripulantes que le acompañaban.

El "Wateree" hizo esfuerzos por no ser arrastrado, pero cortó todas sus amarras, bajaron anclas las que arrastraban por el fondo como arados hasta que el barco varó en el lecho seco de la bahía.

El "América" encendió sus calderas, pero no alcanzaron a tomar suficiente presión; el "Channacelia" fue arrastrado quedando con el ancla y su cadena de casi 80 metros estirada completamente hacia la ciudad.

El resto de las naves fueron naufragando a medida que se retiraba el mar, quedando en el fondo seco como testimonio de la destrucción y muerte que afectó al convulsionado "Mar Pacífico".

Artículo 3: Dibujo con los dos barcos
                            fuertes Wateree y América en el desierto
                            después del tsunami en 1868
Artículo 3: Dibujo con los dos barcos fuertes Wateree y América en el desierto después del tsunami en 1868

Artículo 3: Foto con el barco Wateree
                            en la arena en el desierto
Artículo 3: Foto con el barco Wateree en la arena en el desierto

Artículo 04: "Día del Juicio"
Artículo 04: "Día del Juicio"

El Día del Juicio - [el tsunami a las 8:30 de la noche]

En los acantilados del Morro se produjo deslizamientos de arena y tierra que dejaron al descubierto antiguos cementerios precolombinos, mostrando a los aterrados ariqueños una verdadera ciudad de los muertos.

Los marinos del "Wateree" creían sinceramente que había llegado el día del juicio final. A los veinte minutos del inicio de la recogida del mar y ya de noche, el buque americano comienza a flotar, lanzado de un lado a otro por las corrientes marinas.

Todos los de a bordo ignoraban dónde se encontraba el barco ni tenían noción del riesgo real que corrían junto con la nave, en sus almas corría la incertidumbre de sentir que al minuto siguiente podrían perder la vida.

Los tripulantes aferrados a los cables de seguridad para tormentas, esperaban resignados ser tragados en cualquier momento por el mar, que lejos de calmar su furia aumentaba más y más.

Eran como las ocho y media de la noche cuando un tripulante dio el grito de alarma por lo que creyó la proximidad de una rompiente; en medio de la inmensa oscuridad se divisaba una línea delgada de fosforescencia.

De pronto, se dieron cuenta que la línea subió con mucha rapidez, que en breve tiempo se confundió con el cielo del estrecho horizonte nocturno: su parte inferior estaba formada por cataratas de turbias aguas... era el maremoto que llegaba con estruendo terrorífico.

El "Wateree" pareció quedar enterrado bajo una masa sólida de agua y arena; la tripulación, fuertemente amarrada conforme a lo establecido en las ordenanzas, resistió el impacto.

La nave quedó totalmente a la deriva ya que no era posible gobernar en esas condiciones, lucho hasta que llegó a la cima de la ola, entre crujidos de madera, metal y cuerdas del buque que parecían reventar en cualquier momento. El "Wateree" resistía...

Después de este zambullón y ascenso por la masa de agua, nadie sabía qué había pasado, sólo se tenía la percepción que el barco corría a gran velocidad en medio de las tinieblas, literalmente montado en la cresta de la ola, hasta que empezó a descender con suavidad, pero velozmente.

La luz de una linterna que lograron encender les permitió darse cuenta que estaban en tierra firme donde todo se transformó en un silencio sepulcral, escuchándose sólo las olas del mar reventado.

En la tripulación existía el temor que en cualquier momento las fuerzas de la naturaleza volverían a desatarse con toda la furia vivida en las cinco angustiosas horas que había durado el martirio de los ariqueños.

Las calderas del "Wateree" han sido por muchos años, el último testimonio de aquel impresionante fenómeno de la naturaleza que afectó a esta urbe.
Artículo 5: "El Día Siguiente"
                          01
Artículo 5: "El Día Siguiente" 01

El Día Siguiente

La magnitud de la tragedia padecida se pudo apreciar con las primeras luces del amanecer.

El tsunami había lanzado al buque norteamericano tierra adentro, a los faldeos del Cerro Chuño, noroeste de la ciudad unos 1.600 metros del borde de playa anterior al maremoto.

La nave de guerra estadounidense había quedado a unas diez millas de su fondeadero y la tripulación del "Wateree" salvó en su mayoría, viéndose disminuida por los ahogados en el bote de socorro que se hundió junto a la gente que pereció en el muelle.

La esposa del capitán del buque murió sepultada por los muros de adobe del edificio donde residía. Días antes de la tragedia habían sido fusilados dos tripulantes del navío por borrachos, pendencieros y desertores.

Cerca del "Wateree" se hallaba el "Channacelia", totalmente destrozado con su cadena de ancla enrollada alrededor del casco como hilo de carrete a causa de las vueltas que le hicieron dar las olas y con toda su tripulación perdida.

Un poco más al sur se hallaba encallado el buque de guerra peruano "América", que se encontraba en posición vertical enterrado en la arena, dando la impresión que en cualquier momento podría levar ancla y volver a navegar; había perdido toda la tripulación que estaba a bordo al momento de iniciarse el sismo.
Artículo 5, foto 01: Arica con el
                                  cerro Morro después del maremoto 1867
Artículo 5, foto 01: Arica con el cerro Morro después del maremoto 1868: Una de las preocupaciones de siempre de los sismos ha sido el desprendimiento de rocas del Morro y su impacto sobre las casas más cercanas.

Artículo 4, foto 02, el barco
                                  "América" en la arena
                                  después el maremoto de 1867
Artículo 5, foto 02, el barco "América" en la arena después el maremoto de 1867

La fregata peruana "América" quedó en incómoda posición, enterrada en la arena. Su tripulación pereció tras los efusivos abrazos de la nave con las furiosas olas del litoral.



La playa en una extensión de 80 kilómetros aproximadamente estaba cubierta de restos de barcos, embarcaciones menores, estructuras de construcción de edificios caídos, enseres de casa, bultos de mercaderías que se encontraban en los almacenes de la aduana y el ferrocarril.

Se calcula en un millón de dólares oro la perdida aduanera ya que justo en los días anteriores al terremoto se había desembarcado grandes partidas que iban a los mercados de Bolivia y Perú.

La ciudad resultó totalmente destruida y no quedó ningún edificio en buenas condiciones; los sobrevivientes tuvieron que improvisar chozas construidas en cañaveral y totora [una clase de carrizo] adosadas a algún muro que permaneció en pie. Se improvisó carpas con la tela de las velas de los buques que habían quedado esparcidas en la playa y la gente se alimentó con los víveres que quedaron en las bodegas de los barcos varados y que por haber permanecido cerradas sus escotillas salvaron de ser mojadas.

Artículo 6: "El Día Siguiente"
                          02 Artículo 6: "El Día Siguiente" 02

[Los barcos perdidos]

En la desprevenida bahía se encontraba un número significativo de buques y entre ellos estaban el "Chanacelia" de bandera inglesa; la "Niñita" de bandera inglesa y propiedad de la firma Wellington and Company con agencia en Valparaíso; la fregata "Gambetta" de propiedad de la firma "Gambetta Hermanos"; el bergantín (velero grande) "Regalón" de bandera peruana; el "Fredonia", del gobierno de Estados Unidos que cumplía funciones de almacén flotante al servicio de la escuadra del Pacífico de esa nación y que era remolcado por el vapor de guerra estadounidense "Wateree", surto también en la bahía local.

También, besaban las aguas ariqueñas, la fregata "América" de la armada peruana; el bergantín "Rayo" de bandera peruana; la corbeta "Chañarcillo" de bandera inglesa; el bergantín "Faustino Rivera" de bandera peruana; una barca de nombre "Ulysses" de bandera estadounidense, dedicada al transporte de guano; el buque mercante "Eduardo" de bandera francesa; el mercante estadounidense "Rosa Elvira" y además, se cree que podrían haber estado en el fondeadero de la bahía otros cuatro buques de los cuales no se encontraron registros por haber desaparecido toda la documentación de la capitanía del puerto.
Artículo 6, foto 01: vista con
                                  Arica siglo XIX
Artículo 6, foto 01: vista con Arica siglo XIX [¿siglo XVII?]
Artículo 6, foto 02: vista con
                                  Arica 1868 con el cerro Morro
Artículo 6, foto 02: vista con Arica 1868 con el cerro Morro
Artículo 6, foto 03: Arica en el
                                  siglo XIX, centro
Artículo 6, foto 03: Arica en el siglo XIX, centro

Artículo 7: Los daños en la Ciudad de
                          Arica después del maremoto del año 1868
Artículo 7: Los daños en la Ciudad de Arica después del maremoto del año 1868

Daños en la Ciudad

El terremoto y maremoto no respetó nada. La Iglesia Basílica perdió completamente su techo, quedando totalmente destrozada la torre del campanario y parte importante del frontis que daba a la esquina de la calle San Marcos.

La iglesia de la Matriz también resultó destruida totalmente para nunca más ser casa consagrada a Dios. Los restos del convento de San Francisco terminaron por desaparecer y las calles fueron literalmente borradas del mapa.

Arica ofrecía un paisaje desolador semejando un mar de escombros el que era interrumpido de vez en cuando por alguna casa que con dificultad permanecía en pie: la parte baja de la ciudad fue totalmente barrida por el tsunami y según testimonios, éste habría llegado en su repechaje [otra vuelta] tierra adentro hasta las cinco esquinas, intersección de las calles de la Alameda (18 de Septiembre), de las Mercedes (Colón) y de Ayacucho.

El edificio de la Aduana, había desaparecido totalmente, quedando sólo como testimonio de su efimera existencia las columnas dóricas de acero esparcidas a lo largo de la playa.

La estación y maestranza del ferrocarril también desaparecieron, los carros y locomotoras no se encontraron más, fueron tragados por el mar, el relleno de la explanada que se había construido a los pies del Morro como patio de maniobra del ferrocarril desapareció.

El hospital San Juan de Dios resultó prácticamente todo destruido, a excepción de la capilla que no sufrió mayores daños; el fuerte de la isla El Alacrán fue borrado de la superficie por las olas, desapareciendo toda la guarnición de 100 hombres y perdiéndose todas las piezas de artillería allí montadas.

El prefecto del Departamento Moquegua (Arica era provincia del Departamento) al momento del terremoto era Nicolás Freyre, autoridad que tuvo sobre sus hombros la inmensa responsabilidad de mitigar el dolor de sus gobernados, ya que no hubo ciudad, pueblo o caserío del Departamento que no haya sufrido los efectos del gran sismo con sus secuelas de destrucción y muerte.

Artículo 7, foto 01: La Iglesia de la
                            Matriz de Arica destruida después del
                            terremoto del año 1868
Artículo 7, foto 01: La Iglesia de la Matriz de Arica destruida después del terremoto del año 1868

La Ayuda de Chile

El gobierno chileno se apresuró en socorrer a las víctimas enviando ropas y víveres en sus buques con el fin de prestar colaboración de auxilio al pueblo del Perú. Después de tres semanas de angustiosa espera llegaron a la ciudad los primeros socorros para los sobrevivientes del gran sismo.

Artículo 7, foto 02: Un velero grande
                            de ayuda (bergantín): Por vía marítima llegó
                            desde Chile la ayuda para los sobrevivientes
                            del impresionante movimiento telúrico y
                            marina.
Artículo 7, foto 02: Un velero grande de ayuda (bergantín): Por vía marítima llegó desde Chile
la ayuda para los sobrevivientes del impresionante movimiento telúrico y marina.

Desde Lima se había enviado víveres y medicinas en la fragata de bandera estadounidense "Phowhatan" y los meses siguientes estuvieron dedicados a la remoción de escombros y al esfuerzo por restablecer las relaciones portuarias que no sólo urgían para reactivar la economía local, sino que también de las comunidades del interior.

Se estableció, además, un improvisado hospital construido de madera en el sector norte y un lazareto, también de madera, los que prestaron buen servicio a la atribulada población.

La playa había quedado sembrada de restos de mercaderías avaluadas en un millón de pesos oro americano, las que fueron acumuladas junto al buque náufrago "Wateree" para librarlas de la codicia de algunos habitantes que intentaban aprovecharse de la situación.

Así las cosas, los sobrevivientes recibieron, además, los auxilios de esta nave reforzados con lo que trajera para sus connacionales el "Fowhatan", barco de guerra de la Unión.

La población de Arica se calculaba entonces en diez mil habitantes.

Artículo 08: Nueva tragedia
Artículo 08: Nueva tragedia

[Paludismo por mosquitos por lagos por el río Lluta desviado - y cólera en Arica y en Tacna]

Cuando todo parecía retornar a la tranquilidad, la población de Arica se vería sacudida por otra tragedia.

Al pasar unos pocos meses del terremoto, en los charcos que se habían formado en los bajos de Chinchorro y Chacalluta, debido al desvío que había sufrido el río Lluta en la desembocadura a consecuencia de la salida de mar, se formaron letales criaderos de mosquitos "anofeles", desatando una mortífera epidemia de paludismo.

A este virulento repunte de fiebre amarilla se sumó en forma simultánea una epidemia de cólera que empezó a diezmar a la población de manera dramática. Este último flagelo fue provocado básicamente por las tremendas deficiencias sanitarias en que había quedado la población.

Las aguas de los pozos que surtían la ciudad se habían contaminado, prácticamente no había agua para consumir y las condiciones sanitarias para la preparación de alimentos eran miserables.


Producto de la destrucción sufrida por el terremoto, las innumerables letrinas y pozos negros eran focos infecciosos que sólo contribuían a agravar la situación. No existía familia que no perdiera a alguno de sus miembros y según informes de la prensa de la época, en febrero de 1869 hubo días que las muertes no bajaron de 40.

La incapacidad de las autoridades [peruanas] para arbitrar medidas que enfrentaran con éxito la situación agravaron la crisis. Se paralizó casi totalmente la economía local en vista que se impidió la entrada de las caravanas de arrieros y de todo contacto personal por miedo a la propagación de la epidemia a otros puntos del Departamento.

Sin embargo, el ferrocarril a Tacna siguió funcionando, siendo una vía que seguramente llevó el flagelo a dicha ciudad donde también provocó una gran mortandad, estimándose unas 2.500 víctimas de la epidemia.

De esta forma se desataba la segunda gran tragedia del siglo en la tierra de San Marcos de Arica. Después de los 800 muertos y desaparecidos calculados en el terremoto del 13 de agosto de 1868 se suman las muertes por la epidemia de principios de 1869 que se estiman en unas 700 personas.

Lo acontecido era tan grave que en una información del diario "El Comercio" de Lima del 24 de febrero de 1869 se leía: "si esta situación no mejora, desaparecerá bien pronto Arica, pues los muertos no bajan de 40 diarios en esta reducida población".

En el desierto quedaron los barcos que
                            pudieron sobrevivir al impacto que significó
                            el terremoto y maremoto del 13 de agosto de
                            1868.
Artículo 08, foto 02: En el desierto quedaron los barcos que pudieron sobrevivir al impacto que significó el terremoto y maremoto del 13 de agosto de 1868.

Artículo 08, foto 2: Arica
                            reconstruyéndose después del maremoto y las
                            epidemias de 1868 y 1869
Artículo 08, foto 2: Arica reconstruyéndose después del maremoto y las epidemias de 1868 y 1869





Más fotos del maremoto del 13 de agosto del año 1868

Artículo 09: Terremotos con tsunamis el
                          13 de agosto de 1868 Artículo 09: Terremotos con tsunamis el 13 de agosto de 1868

El 13 de agosto de 1868, nada hacia presagiar a los habitantes de esta ciudad, que la quietud a que se hacia mención, se vería interrumpida por un violento terremoto y maremoto. La destrucción y muerte, asolaría una ciudad que con esfuerzo buscaba su crecimiento. El edificio, que en la fotografía en parte se mantiene en pie, corresponde a la Iglesia Matriz que anteriormente se mostró y que levantara Baltazar Farfallares. En el mismo lugar, en poco tiempo después, levantó la actual iglesia San Marcos.

Artículo 09, foto de la iglesia Matriz
                            destruida por el maremoto de 1868
Artículo 09, foto de la iglesia Matriz destruida por el maremoto de 1868

Artículo 10: maremoto de 1868 Artículo 10: maremoto de 1868

Como se señala anteriormente, el maremoto que azotó y asoló la costa de Arica en agosto de 1868, fue de tal magnitud, que este elocuente y patético gráfico a plumilla, de un cronista de la época, nos hace comprender en toda su realidad, cómo la fuerza de la naturaleza pudo lanzar tierra adentro y a tanta distancia, barcos de la envergadura que se muestran a continuación.
Artículo 11: La ciudad destruida de otro
                          ángulo Artículo 11: La ciudad destruida de otro ángulo

Otro ángulo de la ciudad asolada por el sismo del año 1868. La fotografía, que muestra un sector costero, hacia las Chimbas, parte norte, permite apreciar los barcos varados en los arenales, más allá de los bajos del Chinchorro, naufragados por el maremoto que sucedió al terremoto de ese mismo día.
Artículo 12: efectos Artículo 12: Efectos del terremoto

La vista muestra otro sector de la ciudad, destruida, entre las actuales calles Baquedano y Colón en las proximidades del Morro. La elocuencia de la magnitud del sismo, se aprecia sin mayores explicaciones.

Arica después del maremoto de 1868: La
                            vista muestra otro sector de la ciudad,
                            destruida, entre las actuales calles
                            Baquedano y Colón en las proximidades del
                            Morro
Arica después del maremoto de 1868: La vista muestra otro sector de la ciudad, destruida, entre las actuales calles Baquedano y Colón en las proximidades del Morro

Articulo 13: los barcos Wateree y América
                          01 Artículo 13 y 14: los barcos Wateree y América

La violencia del maremoto, varó al norte de la ciudad a los barcos "Wateree" y "América", americano y peruano, respectivamente. El "Wateree" era un barco de la armada de los Estados Unidos de América; su construcción fue proyectada para la navegación fluvial, por lo tanto era de fondo plano con propulsión a rueda y con dos timones. Por tener fondo plano, la marea arrastró a este barco, 3 millas adentro, hacia los cerros Chuño. La presente fotografía, tomada pocos días después, permite apreciar restos náufragos de otras embarcaciones.

Artículo 13: Foto mostrando los barcos
                            Wateree y América en el desierto de Arica
Artículo 13: Foto mostrando los barcos Wateree y América en el desierto de Arica

Después del naufragio, el "Wateree" sirvió como hospital de emergencia. A raíz de un nuevo maremoto, fue arrastrado más hacia el mar; posteriormente se utilizó como hotel y después, desmantelado. Hoy solo quedan restos de calderas, en las playas junto al hipódromo, como testigo final.

Hoy las calderas del barco
                            "Wateree" son un monumento cerca
                            del hipódroma [foto 08]
Hoy las calderas del barco "Wateree" son un monumento cerca del hipódroma [foto 08]

Artículo 14: Wateree y América 02
Después del terremoto y maremoto de 1868, la ciudad se levantó de los escombros. Surgen nuevas edificaciones de tal contextura, que soportan otros embates de la naturaleza, como el maremoto del año 1877. Hasta nuestros días, de ellos se mantienen incólumes, la Aduana y la iglesia de San Marcos.
Artículo 14: Foto con el barco Wateree
                            en el desierto
Artículo 14: Foto con el barco Wateree en el desierto





La reconstrucción de Arica

Artículo 15: la reconstrucción de
                                  Arica


Artículo 15, la reconstrucción,
                                    texto bien legible
Artículo 15, la reconstrucción, texto bien legible
 Artículo 15: la reconstrucción de Arica

Renacimiento Tras el Sismo

La década siguiente (1869-79) seguiría siendo llena de acontecimientos relevantes en el devenir de la ciudad, donde nuevamente estaría a prueba el temple de los ariqueños con el terremoto y tsunami del 9 de mayo de 1877.

Pero, antes del nuevo embate de la naturaleza, vino una etapa de reconstrucción espiritual y material de la población.

Terminada la oleada de catástrofes y plagas de los años 1868-1869, que se habían ensañado con Arica y dejado una trágica secuela de muertes y daños, el coronel José Balta, Presidente del Perú a la fecha, visitó la zona para impulsar la reconstrucción de las ciudades más dañadas por los violentos fenómenos de la naturaleza.

La alta autoridad peruana inspeccionó los restos de la ciudad y los valles interiores de la provincia. Esta experiencia vivida en terreno fue bastante fuerte para él y quedaría marcada en su memoria al constatar el grado de destrucción y desolación del otrora más importante puerto del sur de esa república.

El Mandatario peruano en su visita a Arica fue huésped del cónsul de Gran Bretaña, George Hodge Nugent, quien había formado hogar con la dama tacneña, Eloisa MacLean Portocarrero, una excelente anfitriona.

Al retornar de la agotadora jornada, la que abarcó parte del valle de Azapa y de Lluta, se le organiza al Presidente peruano una cena en casa del cónsul George Hodge.

En la sobremesa se habla de las graves secuelas del violento sismo y el Presidente comenta a sus interlocutores "cuánto me apena los estragos causados por este terremoto a la población, que ha privado a Arica hasta de un sitio para honrar a Dios".

Esta frase conmueve a los presentes y la señora Eloisa le dice "Presidente, usted tiene que dar una nueva iglesia para Arica, sólo usted puede dar ese consuelo a los ariqueños".

Y el Presidente José Balta dentro del plan de reconstrucción que se elaboró para Arica, incluyó la construcción de un nuevo templo, el cual se dice estaba destinado en principio a la ciudad de Ancón.

Artículo 16: el plan de la reconstrucción
                          de Arica Artículo 16: el plan de la reconstrucción de Arica

Plan de Reconstrucción

El coronel José Balta a su regreso a Lima encomienda al ministro de Hacienda de ese entonces don Nicolás de Piérola, desarrollar un plan para la reconstrucción del puerto de Arica.

El ministro, de cuna arequipeña, cumple los deseos del Mandatario y en este plan de reconstrucción se considera un rediseño del casco urbano de calles que tenía la ciudad hasta el terremoto de 1868 y además, la ejecución de importantes obras públicas.

El plan de reconstrucción concebía un complejo cívico compuesto principalmente por tres edificios para servicios públicos.

El plan contemplaba también la reconstrucción del muelle, la estación de pasajeros del ferrocarril Arica-Tacna, el Hospital San Juan de Dios, la cárcel, el cuartel de policía, un colegio, la recova y un templo, en reemplazo de la destruida Iglesia Basílica.

Para financiar estas obras de la reconstrucción de la ciudad, el gobierno del Perú hizo uso de los recursos provenientes del contrato Dreyfus por la venta de guano en el empréstito de mayo de 1870 con el que se financió también la construcción de los ferrocarriles del Callao a la Oroya y el de Arequipa a Puno.
El complejo cívico contemplado en las obras civiles del plan de reconstrucción diseñado por el gobierno del coronel Balta empezó a ser una realidad en 1871, ganándose el contrato de construcción la firma francesa "Gustavo Eiffel et Compagnie" y actuando como subcontratista encargada de realizar las obras civiles la empresa "Constructeurs Levallois et Compagnie" de Paris.

La firma Eiffel, también obtuvo el contrato para la construcción de la Catedral de Tacna, la pila ornamental de la Plaza de Armas, la construcción de la capilla del cementerio y la edificación del Teatro Municipal de esa ciudad.

Las obras encomendadas en Arica a la firma francesa se ubicaron en la manzana comprendida entre las calles San Marcos por el sur; "2 de Mayo" por el norte (actual 21 de Mayo); calle del "Telégrafo" por el este (actual calle Prat); y la explanada que daba al muelle y estación de pasajeros del ferrocarril a Tacna por el oeste.
Artículo 16: José Balta fue el
                                    principal propulsor del Plan de
                                    Reconstrucción de Arica después del
                                    maremoto del año 1868
Artículo 16: José Balta fue el principal propulsor del Plan de Reconstrucción de Arica después del maremoto del año 1868
Artículo 16, foto 02: Arica fue
                                  reconstruyéndose, aquí en el año 1875
                                  apr.
Artículo 16, foto 02: Arica fue reconstruyéndose, aquí en el año 1875 apr.

Artículo 17: La aduana y Sr. Eiffel Artículo 17: Sr. Eiffel reconstruyendo Arica después del maremoto de 1868

El Genio de Gustave Eiffel

Gustavo Eiffel (Gustave Eiffel), retrato.
                          Después del maremoto de 1868 él dejó construir
                          en Arica la aduana, la iglesia San José, el el
                          Correo y Telégrafo, y la Casa de la
                          Gobernación
Gustavo Eiffel (Gustave Eiffel), retrato. Después del maremoto de 1868 él dejó construir en Arica la aduana, la iglesia San José, el el Correo y Telégrafo, y la Casa de la Gobernación


El genio y aporte del ingeniero francés Alexander Gustave Eiffel para la reconstrucción de la ciudad tras el violento terremoto y maremoto del 13 de agosto de 1868, constituye uno de los legados más importantes y trascendentes para la belleza arquitectónica de la ciudad.

Eiffel nació en 1832 y murió en 1923, teniendo como obra maestra la torre parisina que lleva su nombre, y que se caracteriza por ser metálica y de una altura de 320 metros, edificada en Paris para la exposición internacional de 1889.

Para sus obras, Eiffel fundó una fábrica de estructuras metálicas en 1867 en Levallois-Perret, entonces suburbio de Paris.

El ingeniero francés revolucionó la construcción con sus innovaciones en la técnica de la fabricación de estructuras metálicas y en el emplazamiento de estructuras de acero.

El cuerpo técnico de Gustave Eiffel, que trabajó en Arica y Tacna, estaba encabezado por el ingeniero y arquitecto de origen polaco Nicolas Miney, secundado en la construcción por los ingenieros Carlos Petot, Emile Larrieu, el arquitecto Tadeo Strujenski, como director técnico de las obras y Matias Richet, técnico mecánico especialista en armar las estructuras de fierro.

Las principales obras encomendadas por el gobierno peruano del Presidente José Balta fueron la Aduana y los patios de almacenaje, el edificio del Correo y Telegrafos, la Casa de la Subprefectura (actual Gobernación) y la iglesia San Marcos.

Artículo 17: La aduana y Sr. Eiffel

La Aduana, una Joyita - [la estructura del edificio de la Aduana de Sr. Eiffel]

La
                          nueva aduana, edificio construido según el
                          proyecto del arquitecto francés Gustave
                          Eiffel, foto de los años 1880s
La nueva aduana, edificio construido según el proyecto del arquitecto francés Gustave Eiffel, foto de los años 1880s [foto01]

La actual "Casa de la Cultura" está emplazada en uno de los edificios que levantó el gobierno de Balta para la reconstrucción ariqueña tras el violento sismo.

Se trata de la magna Aduana de Arica, un hermoso complejo que comprendía las oficinas administrativas y patios de almacenaje cubiertos por galpones.

Lo más significativo por su belleza, es sin duda, el edificio central que permaneció incólume en el tiempo, ubicado al centro de la sección de terreno que daba a la marina en esos años.

La Aduana fue concebida con una estructura de dos pisos, que en la planta baja se dividía en tres grandes salones; el frontis se conformó de tres secciones: la central estaba compuesta por la mampara de acceso principal de madera y cristal de cuatro hojas con las dos hojas centrales movibles de acceso al hall de recepción.

Hacia la calle, esta entrada principal enfrenta un sombreadero de madera y acero recubierto en su parte superior por planchas de cobre; descansa esta estructura en dos columnas metálicas y de estas a modo de protección salen hasta el muro de fachada del edificio dos barandas metálicas de un metro de altura aproximadamente coronadas con pasamano de fierro simulando madera.

La entrada principal de la
                            Aduana de Arica con el sombreadero con
                            columnas y pasamanos
La entrada principal de la Aduana de Arica con el sombreadero con columnas y pasamanos [foto05]

Este sombreadero cubre los cuatro escalones del terraplén que permite llegar al primer nivel del edificio; sobre el piso de entrada y el piso del hall de recepción hay unos hermosos mosaicos hechos en baldosín.

El acceso a la sala central es una amplia puerta que sobre su dintel se grabó la siguiente frase:

"Empezada al 10 de diciembre del año 1871 bajo la presidencia de S.E. el señor coronel Don José Balta y terminada el 28 de julio de 1874 bajo la presidencia de S.E. el señor Don Manuel Pardo."

Sobre esta sección central del edificio se halla el segundo piso al que se tiene acceso por una escalera de caracol de acero que aún se conserva y que llama mucho la atención de turistas o quienes visitan por primera vez este lugar declarado monumento nacional.

La escalera de caracol en acero de
                              Eiffel en la Aduana de Arica [foto06]
La escalera de caracol en acero de Eiffel en la Aduana de Arica [foto06]

El recinto del segundo piso tiene el techo de dos aguas, cubierto de tejas de cerámica plana acanalada. Este salón tiene en sus frentes anterior y posterior amplios ventanales que en su parte superior lo forma un arco de cuarto punto: en el frontis sobre el ventanal está la palabra "Aduana" y por encima del ventanal se colocó de ornamento un reloj.

La estructura de los muros fue construida en su base de piedra de sillar blanco sacadas de las canteras del Cerro Chuño y los muros de ladrillo cosido con mortero de cal y arena.

El conjunto en sí tiene un estilo neoclásico que estaba de moda en la época y que ahora constituye una postal infaltable de las bellezas arquitectónicas y turísticas de la ciudad del Morro.

Artículo 18: El Correo y Telégrafo en el
                          estilo de Eiffel Artículo 18: El Correo y Telégrafo en el estilo de Eiffel

Edificio del Correo al Estilo Eiffel

La mano destructora del hombre no tuvo piedad con lo que era el antiguo edificio del Correo que por tantas décadas funcionó en las esquinas de calles Prat con 21 de Mayo.

Esta obra de líneas arquitectónicas al estilo del gran Eiffel, fue otra de las que se construyó en el tiempo del presidente José Balta.

Para el Correo y Telégrafo se levantó una construcción en la esquina de las calles que por esos años se llamaban "Telégrafo" y "2 de Mayo".

La planta de este edificio tenía la forma de una letra "H", dando su frontis a la calle del Telégrafo, el cual estaba formado por las paredes de los dos pabellones que eran separados por el pabellón transversal que los unía dando la forma de "H" a su planta.

El pabellón transversal tenía un largo de 12.5 mts. de largo y un ancho de 6.20 mts.; entre las dos estructuras principales del edificio, limitando con la calle, había un zócalo de unos 80 centímetros de alto y sobre éste una reja de acero que alcanzaba a unos 2 y medio metros de alto, dejando al centro un amplio portón enrejado de fierro forjado, que hacia la entrada principal del edificio.


El portón descansaba en dos columnas de ladrillo que superaban en pocos centímetros la reja del cierro y coronaban estas dos columnas faroles a gas confeccionados en fierro.

Tras este cierro de la fachada principal había una escala de acceso de cuatro escalones que daba al vestíbulo permitiendo la entrada a las oficinas de atención de público por el pabellón central y a las dependencias ubicadas en los pabellones laterales a través de un amplio corredor que unía los extremos.

En ambos costados de la escala existían pequeños jardines ornamentales y en la parte posterior del pabellón transversal estaba un patio interior cubierto en un tercio por un hermoso sombreadero confeccionado con vigas de fierro fundido que descansaban en dos pilares en forma de delgadas columnas metálicas de estilo dórico.

El edificio era del mismo estilo neoclásico que el de la Aduana, tenía las ventanas de la misma forma y figuras, éstas eran de buena amplitud y altura dando excelente luz natural a las dependencias de los pabellones de oficinas.

El antiguo edificio de Correos y
                            Telégrafos formaba parte de las obras
                            destinadas a dar una nueva imagen a la urbe,
                            pero lamentablemente a fines del siglo
                            pasado fue destruido tras ser vendido el
                            sitio a una empresa.
El antiguo edificio de Correos y Telégrafos formaba parte de las obras destinadas a dar una nueva imagen a la urbe,
pero lamentablemente a fines del siglo pasado fue destruido tras ser vendido el sitio a una empresa.

Artículo 19: La casa de gobernación Artículo 19: La casa de gobernación

Casa de la Gobernación

La
                          casa de la gobernación de Eiffel en los años
                          2000s apr. [2]
La casa de la gobernación de Eiffel en los años 2000s apr. [foto02]

Recientemente fue reinaugurada la Casa de la Gobernación ubicada en las esquinas de San Marcos con Prat.

Esta obra, también data de aquella época de la reconstrucción, pero entonces se llamaba Casa de la Subprefectura, dado el sistema político administrativo que regía a la hermana república peruana.

El edificio era gemelo al del Correo en sus líneas arquitectónicas con una planta en forma de H con exactas características. Sus dimensiones eran de 22.6 mts. de ancho por 31.75 mts. de largo.
Estaba dividido en dos partes principales, la más importante daba su frontis a la calle San Marcos y a la Plaza de Armas, y allí residía el subprefecto (posteriormente lo hicieron los gobernadores en tiempos de Chile); y la parte posterior estaba destinada a las oficinas administrativas y despacho de la autoridad.

Las dependencias públicas eran atendidas por la puerta lateral que da a la calle Prat (en ese entonces calle del "Telégrafo"); entrando por este acceso existían dos oficinas de recepción o secretarías y pasadas éstas se enfrentaba a un patio interior que tenía un corredor formado por la prolongación del techo del despacho del subprefecto sostenido en delgadas columnas de fierro de estilo dórico.

El despacho del subprefecto era un amplio salón que tenía acceso en uno de sus extremos a la oficina del secretario, y por el lado opuesto, a la entrada principal. Una puerta comunicaba al patio interior de la residencia, el cual llegaba al salón de recepción de la casa habitación por dos amplias puertas.

El acceso principal ubicado por la calle San Marcos es de similar factura a como fue la entrada principal del edificio del Telégrafo, en el costado que lindaba con las bodegas de la Aduana se ubicaba el coche y el servicio de los moradores de la casa de gobierno provincial, pero a diferencia del Correo, las paredes frontales que daban a la calle San Marcos de los pabellones paralelos, tienen un par de ventanas idénticas a las del edificio de la Aduana.

Las estructuras de albañilería de la Subprefectura o Gobernación son de menor calidad que sus similares de la Aduana y Correos, lo que se habría debido al recorte presupuestario que sufrió la obra como consecuencia de la crisis financiera de aquellos años [especulación con papeles de ferrocarriles y derrota de las bolsas mundiales en el año 1871], aunque con las terminaciones y detalles interiores constituye una digna casa de alojamiento y atención de al máxima autoridad de la zona.

Artículo 20: La iglesia San Marcos Artículo 20: La iglesia San Marcos

La Iglesia San Marcos - [que fue proyectado para Ancón cerca de Lima]

A nadie puede dejar indiferente la imponente Catedral San Marcos de Arica, otra de las postales infaltables de la ciudad a la hora de mostrar nuestros atractivos arquitectónicos, urbanos y turísticos.

Esta gran obra de la reconstrucción vino a reemplazar a la antigua basílica destruida en el terremoto y era justamente la que iba a ser destinada al balneario de Ancón ubicado a 32 kilómetros al norte de Lima.

Tal como lo pensó el Presidente José Balta en su visita a la ciudad de Arica en casa de la dama Eloisa Portocarrero de Nugget, la iglesia destinada al balneario de Ancón fue desviada al puerto ariqueño para su instalación.

Esta iglesia de estilo gótico enteramente construida de acero, fue fabricada en las fundiciones de la firma "G. Eiffel et Compagnie" de Levallois-Perret, pequeña localidad en las afueras de Paris.

Armada como mecano, tuvo un costo de 155,000 soles de 48 peniques y se emplazó en el antiguo terreno de la anterior iglesia. Para ello se preparó un terraplén que abarca el ancho de calle a calle entre 7 de junio (ex Unanue), y San Marcos.


La iglesia San Marcos de Eiffel en
                                "estilo gótico", la fachada
                                con la torre
La iglesia San Marcos de Eiffel en "estilo gótico", la fachada con la torre [foto03]
La iglesia San Marcos de Eiffel en
                                "estilo gótico", sala interior
                                con columnas de fierro [foto04]
La iglesia San Marcos de Eiffel en "estilo gótico", sala interior con columnas de fierro [foto04]

Circundaba el predio una reja alta de fierro fundido y su acceso por la plaza da con una gradería de catorce peldaños; la estructura metálica de la iglesia fue ubicada al centro del terraplén dejando amplios jardines a ambos costados del edificio.

El techo de la iglesia en su parte interior es de fina madera "machambrada" tal como es el cielo raso de la Aduana; la cubierta exterior del techo es de cobre y la planta del templo tiene la forma de cruz francesa.

En la parte central de la entrada principal y en lo alto se halla el coro al cual se accede por una escalera de caracol metálica. A la derecha está la torre del campanario que se alarga hacia lo alto en forma de aguja, típica del estilo gótico.

En la base de la torre se encuentra el "bautisterio" y el brazo que enfrenta la torre del campanario a la izquierda de la entrada principal se destinó a la capilla del confesionario.

La iglesia es de tres naves, sin embargo es relativamente pequeña, pero con orgullo ostenta el título de "Catedral San Marcos de Arica". A la mitad posee dos puertas laterales; los brazos que forman la cruz en el sector del altar mayor están destinados, el de la derecha a una capilla del Sagrado Corazón, y el de la izquierda a la Virgen del Carmen.

La construcción de este templo comenzó en 1872 para concluir en 1876. La inauguración de la hermosa iglesia tuvo ocasión el 2 de julio de 1876 y le correspondió bendecir el nuevo sitio sacro al cura y vicario presbítero José Diego Chávez, como delegado del obispo José Benedicto Torres.

Fue padrino de la bendición, el prefecto del Departamento, coronel don Carlos Zapata y madrina, una de sus hijas. La misa inaugural se efectuó al día siguiente, el 3 de julio y el sermón estuvo a cargo del cura Francisco Sagals.





El maremoto del 9 de mayo de 1877 en Arica

Artículo 21: La última tragedia de 1877 Artículo 21: La última tragedia de 1877

Ultima Gran tragedia

[La población en 1871 - reconstrucción]

La ciudad de Arica en el censo de 1871 registró una cifra de 2,768 habitantes, más los pobladores de los valles precordilleranos y de los pueblos de la cordillera que sumaron 690 personas, daba un total para la provincia de 3,458 habitantes.

Con estas cifras se demuestra el dramático descenso de la población debido al terremoto de 1868 y de las epidemias que se vinieron y asolaron la zona.

Sin embargo, con el plan de reconstrucción impulsado por el gobierno peruano, más el restablecimiento del flujo de mercancías hacia Bolivia, la población se fue incrementando.

Hacia 1877, esta urbe comenzaba a acercarse al desarrollo que había logrado antes del terremoto de 1868 e incluso en muchos aspectos de su equipamiento urbano superaba la anterior situación, pero el destino tenía preparada otra prueba a la atribulada población ariqueña.


[El día del 9 de mayo de 1877]

El 9 de mayo de 1877 era un día normal, con cierto frío en la mañana, pero agradable hacia el mediodía como suele ser el clima de la ciudad hasta nuestros días. El mar presentaba una marejada en retirada que había azotado el litoral en los últimos tres días.

Artículo 21, foto de la construcción del
                          muelle después del maremoto del año 1877
Artículo 21, foto de la construcción del muelle después del maremoto del año 1877

Artículo 22: El maremoto de 1877 Artículo 22: El maremoto del 9 de mayo de 1877

[El maremoto del 9 de mayo de 1877 - terremoto fuerte con casas cayendo y nubes de polvo]

A las 5 de la tarde comenzó a cerrarse el cielo con nubes sin llamar la atención de los ariqueños que saben de estos fenómenos climáticos ante la proximidad del invierno. A las 20 horas del mismo día, comenzó a cargarse el ambiente de extrañas sensaciones térmicas sin determinarse su origen y procedencia, pero si trayendo a la memoria de la mayoría de la población lo acontecido el fatídico 13 de agosto de 1868.

Era el terremoto que de nuevo irrumpía en esta castigada tierra nortina; la tierra comenzó a temblar ligeramente hasta que se sintió una fuerte sacudida oscilante que hacía difícil a la gente mantenerse de pie y tratar de avanzar.

Se desata, entonces, toda la fuerza y energía del terremoto en plena oscuridad y los desesperados habitantes del puerto tratan de buscar refugio saliendo a la calle antes el estruendo de los derrumbes.

Los gritos de desesperación de los pobladores, el aire enrarecido por el polvo de los edificios al derrumbarse y la nube de tierra que desde el Morro se desprendía al igual que en el sismo de 1868, tornaban una atmósfera apocalíptica.

La duración del evento telúrico se calcula en unos seis largos minutos y luego el mar comenzó a retirarse de la costa, abandonando su lecho normal. Por instinto o por la experiencia del terremoto de 1868 la población empezó a refugiarse en las partes altas de la ciudad.

Pasado unos quince minutos del último temblor, el mar volvió con un rumor sordo y amenazante que sólo permitía presentir en medio de la oscuridad que volvería a arrasar la ciudad.

La fuerza de las olas chocó con ímpetu en las gradas de la recientemente inaugurada iglesia San Marcos para empujar con fuerza en una mezcla de agua, lodo, arena y escombros hacia el norte.

El mar inundó la ciudad hasta el sector cinco esquinas y cuando parecía retirase, una segunda ola lo inunda todo con mayor fuerza al encontrar menos obstáculos que la primera.

Al llegar las primeras horas del día se pudo apreciar la magnitud de la tragedia, pero edificios públicos como la Aduana, el Telégrafo, Casa de la Gobernación, soportaron los embates de la naturaleza.

Artículo 22, foto 01: la iglesia San
                            Marcos después del maremoto del 9 de mayo
                            1877
Artículo 22, foto 01: la iglesia San Marcos después del maremoto del 9 de mayo 1877

Artículo 22, foto 02: la aduana de
                            Arica después del maremoto del 9 de mayo
                            1877
Artículo 22, foto 02: la aduana de Arica después del maremoto del 9 de mayo 1877

Artículo 23: El maremoto del 9 de mayo de
                          1877 Artículo 23: El maremoto del 9 de mayo de 1877

Una nueva catástrofe azota la ciudad el día 9 de mayo de 1877 a las 20:30 horas. El terreno elevado en que estaba situada la iglesia y su estructura, la preservaron del maremoto, cuyos efectos destructores se aprecian en primer plano.

Artículo 23, foto de la iglesia San
                            Marcos de Arica después del maremoto del 9
                            de mayo de 1877
Artículo 23, foto de la iglesia San Marcos de Arica después del maremoto del 9 de mayo de 1877

Artículo 24: La aduana de Arica después
                          del maremoto del 9 de mayo de 1877 Artículo 24: La aduana de Arica después del maremoto del 9 de mayo de 1877

La solidez de su construcción le ha permitido resistir los fuertes embates de la naturaleza, como ocurrió con el maremoto de 1877, cuyos efectos se aprecian en la fotografía.

Artículo 24, foto de la aduana de Arica
                          después del maremoto del 9 de mayo de 1877
Artículo 24, foto de la aduana de Arica después del maremoto del 9 de mayo de 1877



Artículo 21: Ciclo de Catástrofes Artículo 21: Ciclo de Catástrofes

Ciclo de Catástrofes - [otro maremoto en 1895]

Arica no iba a descansar de los desastres de la naturaleza hasta que se acabara el difícil siglo XIX.

Cuando se vinieron sobre la ciudad los dos grandes cataclismos como fueron los terremotos y maremotos de 1868 y 1877, se pensaba que eso era suficiente castigo de la naturaleza si algún pecado había llegado a cometer la ciudad de San Marcos, fundada unos siglos atrás por los primeros conquistadores españoles que se aventuraron a llegar por estos pagos.

Sin embargo, el impredecible destino que inútilmente algunos intentan adivinar, tenía preparada una nueva y desagradable sorpresa porque recién en 1895 se viene a cerrar el violento y repetido ciclo de conmociones sísmicas de mar y tierra en la ciudad.

Los habitantes de aquellos lejanos años, se encontraban en esa fecha entregados al sueño, en una mañana del mes de mayo, cuando fueron despertados a las 5 horas por un violento temblor.

Con la claridad del alba divisaron, además, que el mar se disponía a arremeter sobre la población y ya se hallaba en seco la Isla El Alacrán.

Acto seguido, el furibundo mar acometió por un lado del Morro, entrando a la plaza por el parque Vicuña Mackenna y subiendo por la calle San Marcos, después de lavar la gradería de la iglesia y falto de un mayor impulso, descendió por la calle Colón llegando hasta 21 de Mayo para luego regresar a la costa.

Felizmente, el nuevo e inesperado fenómeno de la naturaleza no tuvo mayores consecuencias que el natural pánico entre los pobladores, aunque estos se deben haber tranquilizado posteriormente al observar el sorpresivo apaciguamiento de las aguas.

Mientras en los roqeríos de la isla quedaron incrustadas dos embarcaciones, el "Santa Luisa" y el "San Carlos", que concurrían semanalmente a proveerse de agua para el puerto de Pisagua, la que sacaban de una vertiente ubicada en la calle 18 de Septiembre con Pedro Montt.



La salida del ex mercado central de Arica en la calle Sotomayor

Uff, eso fue una lección de historia sobre Arica de verdad. Queda para anotar que falta cada placa con la indicación con la fuga en un caso de un terremoto grande con un tsunami. Durante cuatro semanas de estancia no he encontrado ningún indicador indicando el camino de fuga. Falta algo.

Ese ex mercado solo tiene esa placa pequeña que he encontrado.

La salida del ex mercado central en la
                          calle Sotomayor
La salida del ex mercado central en la calle Sotomayor
La placa del ex mercado central
La placa del ex mercado central
La placa del ex mercado central,
                        primer plano
La placa del ex mercado central, primer plano

Los precios del restaurante en el
                                  ex mercado central de Arica
Los precios del restaurante en el ex mercado central de Arica
Los precios del restaurante en el
                                  ex mercado central de Arica, primer
                                  plano
Los precios del restaurante en el ex mercado central de Arica, primer plano



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Fuentes
[web01] http://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_de_Arica_de_1604

Fuentes de fotos
[foto01] la aduana de Arica en los años 1880s: http://ahvicentedagnino.8m.com/foto9.htm
[foto02] la casa de la gobernación en los años 2000s apr.: http://www.gobernacionarica.gov.cl/n182_04-10-2010.html
[foto03] La iglesia San Marcos de Eiffel en "estilo gótico", la fachada con la torre: Foto de Michael Palomino, mayo 2010
[foto04] iglesia San Marcos de Eiffel, sala interior con columnas de fierro: http://picasaweb.google.com/lh/photo/eJyhl6iG0NH0zbiwNcFMDQ
[foto05] sombreadero de la Aduana de Eiffel con columnas de fierro y pasamanos: http://martinaundthomas.followmysteps.de/2009/04/25/5735/zu-hoch-hinaus-in-chiles-altiplano
[foto06] escalera de caracol en la sala de la Aduana de Eiffel en Arica: http://www.flickr.com/photos/bobindrums/3571197270/
[foto07] libro "Arica, puerta nueva":
http://books.google.ch/books?id=bbINvAsgmgcC&pg=PA53&lpg=PA53&dq=terremoto+1895+arica&source=bl&ots=8I5X5Raws2&sig=Qv6NA0Kx3zsIwv95qKReZGF8jbE&hl=de&ei=WDntTMTBIYH98Ab1n9CwAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=4&ved=0CCoQ6AEwAw#v=onepage&q=terremoto 1895 arica&f=false


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